El ecuatoriano III

Los socialistas del siglo XXI –que son ecuatorianos- deben reflexionar que antes que socialistas son ecuatorianos, y que antes que revolucionarios son patriotas, o deberían serlo, y no quieran pretender que acojamos o imponernos, ideologías fracasadas. Desde la Revolución Francesa, la izquierda vuelve siempre. La izquierda ha vuelto con fuerza a Venezuela, Argentina, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, donde los socialistas pretenden reivindicar a Karl Marx, muchas veces sin siquiera haber hojeado su ‘Das Kapital’.

Los ecuatorianos somos muy proclives a realizar concursos de toda índole: el mejor hornado del mundo, el bolón más grande del mundo, etc. Hace algunos años se organizó el concurso ‘El mejor ecuatoriano de todos los tiempos’, en el que fue declarado triunfador el general Eloy Alfaro, quien combatió con plata y persona a los gobiernos de turno, no como los revolucionarios actuales que quieren hacer sus revoluciones con dinero ajeno.

Personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de concursos de elegir “el mejor ecuatoriano”, por cuanto siempre va a haber inconformidad en los resultados. A mí me parece que el mejor ecuatoriano es el escritor ambateño Juan Montalvo, quien, muy lejos de lo que decía Rafael Correa, que “si Juan Montalvo estuviera vivo seguramente estaría con la revolución ciudadana”, puesto que el Cosmopolita escribió: “El socialismo y el comunismo son azotes de las sociedades modernas, tienen su cuna en el despotismo y amenazan de muerte a personas e instituciones”. Si Montalvo estuviera vivo seguramente sería un apátrida, ya que escribió: “Denme un Ecuador libre, ilustrado, digno, y soy ecuatoriano; de lo contrario me quedo sin patria, porque el hombre de bien no la tiene sino en donde impera la virtud”, y en el Ecuador actual lo que menos impera es la virtud. Continuará.

Los socialistas del siglo XXI –que son ecuatorianos- deben reflexionar que antes que socialistas son ecuatorianos, y que antes que revolucionarios son patriotas, o deberían serlo, y no quieran pretender que acojamos o imponernos, ideologías fracasadas. Desde la Revolución Francesa, la izquierda vuelve siempre. La izquierda ha vuelto con fuerza a Venezuela, Argentina, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, donde los socialistas pretenden reivindicar a Karl Marx, muchas veces sin siquiera haber hojeado su ‘Das Kapital’.

Los ecuatorianos somos muy proclives a realizar concursos de toda índole: el mejor hornado del mundo, el bolón más grande del mundo, etc. Hace algunos años se organizó el concurso ‘El mejor ecuatoriano de todos los tiempos’, en el que fue declarado triunfador el general Eloy Alfaro, quien combatió con plata y persona a los gobiernos de turno, no como los revolucionarios actuales que quieren hacer sus revoluciones con dinero ajeno.

Personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de concursos de elegir “el mejor ecuatoriano”, por cuanto siempre va a haber inconformidad en los resultados. A mí me parece que el mejor ecuatoriano es el escritor ambateño Juan Montalvo, quien, muy lejos de lo que decía Rafael Correa, que “si Juan Montalvo estuviera vivo seguramente estaría con la revolución ciudadana”, puesto que el Cosmopolita escribió: “El socialismo y el comunismo son azotes de las sociedades modernas, tienen su cuna en el despotismo y amenazan de muerte a personas e instituciones”. Si Montalvo estuviera vivo seguramente sería un apátrida, ya que escribió: “Denme un Ecuador libre, ilustrado, digno, y soy ecuatoriano; de lo contrario me quedo sin patria, porque el hombre de bien no la tiene sino en donde impera la virtud”, y en el Ecuador actual lo que menos impera es la virtud. Continuará.

Los socialistas del siglo XXI –que son ecuatorianos- deben reflexionar que antes que socialistas son ecuatorianos, y que antes que revolucionarios son patriotas, o deberían serlo, y no quieran pretender que acojamos o imponernos, ideologías fracasadas. Desde la Revolución Francesa, la izquierda vuelve siempre. La izquierda ha vuelto con fuerza a Venezuela, Argentina, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, donde los socialistas pretenden reivindicar a Karl Marx, muchas veces sin siquiera haber hojeado su ‘Das Kapital’.

Los ecuatorianos somos muy proclives a realizar concursos de toda índole: el mejor hornado del mundo, el bolón más grande del mundo, etc. Hace algunos años se organizó el concurso ‘El mejor ecuatoriano de todos los tiempos’, en el que fue declarado triunfador el general Eloy Alfaro, quien combatió con plata y persona a los gobiernos de turno, no como los revolucionarios actuales que quieren hacer sus revoluciones con dinero ajeno.

Personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de concursos de elegir “el mejor ecuatoriano”, por cuanto siempre va a haber inconformidad en los resultados. A mí me parece que el mejor ecuatoriano es el escritor ambateño Juan Montalvo, quien, muy lejos de lo que decía Rafael Correa, que “si Juan Montalvo estuviera vivo seguramente estaría con la revolución ciudadana”, puesto que el Cosmopolita escribió: “El socialismo y el comunismo son azotes de las sociedades modernas, tienen su cuna en el despotismo y amenazan de muerte a personas e instituciones”. Si Montalvo estuviera vivo seguramente sería un apátrida, ya que escribió: “Denme un Ecuador libre, ilustrado, digno, y soy ecuatoriano; de lo contrario me quedo sin patria, porque el hombre de bien no la tiene sino en donde impera la virtud”, y en el Ecuador actual lo que menos impera es la virtud. Continuará.

Los socialistas del siglo XXI –que son ecuatorianos- deben reflexionar que antes que socialistas son ecuatorianos, y que antes que revolucionarios son patriotas, o deberían serlo, y no quieran pretender que acojamos o imponernos, ideologías fracasadas. Desde la Revolución Francesa, la izquierda vuelve siempre. La izquierda ha vuelto con fuerza a Venezuela, Argentina, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, donde los socialistas pretenden reivindicar a Karl Marx, muchas veces sin siquiera haber hojeado su ‘Das Kapital’.

Los ecuatorianos somos muy proclives a realizar concursos de toda índole: el mejor hornado del mundo, el bolón más grande del mundo, etc. Hace algunos años se organizó el concurso ‘El mejor ecuatoriano de todos los tiempos’, en el que fue declarado triunfador el general Eloy Alfaro, quien combatió con plata y persona a los gobiernos de turno, no como los revolucionarios actuales que quieren hacer sus revoluciones con dinero ajeno.

Personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de concursos de elegir “el mejor ecuatoriano”, por cuanto siempre va a haber inconformidad en los resultados. A mí me parece que el mejor ecuatoriano es el escritor ambateño Juan Montalvo, quien, muy lejos de lo que decía Rafael Correa, que “si Juan Montalvo estuviera vivo seguramente estaría con la revolución ciudadana”, puesto que el Cosmopolita escribió: “El socialismo y el comunismo son azotes de las sociedades modernas, tienen su cuna en el despotismo y amenazan de muerte a personas e instituciones”. Si Montalvo estuviera vivo seguramente sería un apátrida, ya que escribió: “Denme un Ecuador libre, ilustrado, digno, y soy ecuatoriano; de lo contrario me quedo sin patria, porque el hombre de bien no la tiene sino en donde impera la virtud”, y en el Ecuador actual lo que menos impera es la virtud. Continuará.