Narco- comunismo

ORLANDO AMORES TERÁN

En los 70 los narcotraficantes llevaban armas a las FARC, a cambio de seguridad a plantaciones y laboratorios. En los 80, Castro permitió usar aguas territoriales de Cuba, por un 10% de los embarques de drogas, armas y personas, convirtiendo su «revolución», en un régimen narco-comunista, al considerar la droga como arma, para desestabilizar el capitalismo, recaudar dinero y lavarlo en bancos establecidos en Cuba.

Se cuidó de no tener contacto con narcotraficantes, para eso utilizó el Ministerio del Interior, a través de «misiones especiales», encargadas al coronel Antonio de la Guardia. La perestroika implementada en la URSS, destruyó el comunismo. En 1989 cayó el muro de Berlín, el subdirector del servicio secreto cubano, Rodríguez Menier, abandonó el régimen; mientras el general Arnaldo Ochoa, cuya formación militar, recibió en la URSS, exigía implementar en Cuba, la glasnost impulsada por Gorbachov. Esto ponía en riesgo el poder de castro, por lo que lo acusó de narcotráfico y lo fusiló junto a de la Guardia, para enviar un mensaje al Ejército: si destruí al héroe de la revolución, nadie está a salvo. Ante la reestructuración soviética y las acusaciones de que el régimen está involucrado en narcotráfico, en 1993 permitió el dólar en Cuba, como moneda de curso legal, para fomentar el turismo que tiene por objetivo financiar al Ejército, para mantener el poder, pese al colapso de la infraestructura, escasez de alimentos y servicios. Para sobrevivir y sabotear vende inteligencia militar, sistemas informáticos para alterar elecciones, servicios médicos y de desinformación, fuerzas de choque.

En el 2002, más de mil cubanos ayudaron a detener el golpe del Ejército venezolano contra Chávez; en Brasil, Lula pagó 300mdd por 10.000 médicos; en Ecuador y Bolivia, infiltraron la fuerza pública: el general Sanabria, jefe antidroga de Bolivia, fue detenido por narcotráfico; en Ecuador, la Base de Manta fue utilizada como bodega de cocaína. En Cuba la mayoría de su población no cree en el sistema. Solo un delincuente, después de 60 años de crímenes y fracaso, puede pensar que el castro-narco-comunismo funciona.

[email protected]

ORLANDO AMORES TERÁN

En los 70 los narcotraficantes llevaban armas a las FARC, a cambio de seguridad a plantaciones y laboratorios. En los 80, Castro permitió usar aguas territoriales de Cuba, por un 10% de los embarques de drogas, armas y personas, convirtiendo su «revolución», en un régimen narco-comunista, al considerar la droga como arma, para desestabilizar el capitalismo, recaudar dinero y lavarlo en bancos establecidos en Cuba.

Se cuidó de no tener contacto con narcotraficantes, para eso utilizó el Ministerio del Interior, a través de «misiones especiales», encargadas al coronel Antonio de la Guardia. La perestroika implementada en la URSS, destruyó el comunismo. En 1989 cayó el muro de Berlín, el subdirector del servicio secreto cubano, Rodríguez Menier, abandonó el régimen; mientras el general Arnaldo Ochoa, cuya formación militar, recibió en la URSS, exigía implementar en Cuba, la glasnost impulsada por Gorbachov. Esto ponía en riesgo el poder de castro, por lo que lo acusó de narcotráfico y lo fusiló junto a de la Guardia, para enviar un mensaje al Ejército: si destruí al héroe de la revolución, nadie está a salvo. Ante la reestructuración soviética y las acusaciones de que el régimen está involucrado en narcotráfico, en 1993 permitió el dólar en Cuba, como moneda de curso legal, para fomentar el turismo que tiene por objetivo financiar al Ejército, para mantener el poder, pese al colapso de la infraestructura, escasez de alimentos y servicios. Para sobrevivir y sabotear vende inteligencia militar, sistemas informáticos para alterar elecciones, servicios médicos y de desinformación, fuerzas de choque.

En el 2002, más de mil cubanos ayudaron a detener el golpe del Ejército venezolano contra Chávez; en Brasil, Lula pagó 300mdd por 10.000 médicos; en Ecuador y Bolivia, infiltraron la fuerza pública: el general Sanabria, jefe antidroga de Bolivia, fue detenido por narcotráfico; en Ecuador, la Base de Manta fue utilizada como bodega de cocaína. En Cuba la mayoría de su población no cree en el sistema. Solo un delincuente, después de 60 años de crímenes y fracaso, puede pensar que el castro-narco-comunismo funciona.

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En los 70 los narcotraficantes llevaban armas a las FARC, a cambio de seguridad a plantaciones y laboratorios. En los 80, Castro permitió usar aguas territoriales de Cuba, por un 10% de los embarques de drogas, armas y personas, convirtiendo su «revolución», en un régimen narco-comunista, al considerar la droga como arma, para desestabilizar el capitalismo, recaudar dinero y lavarlo en bancos establecidos en Cuba.

Se cuidó de no tener contacto con narcotraficantes, para eso utilizó el Ministerio del Interior, a través de «misiones especiales», encargadas al coronel Antonio de la Guardia. La perestroika implementada en la URSS, destruyó el comunismo. En 1989 cayó el muro de Berlín, el subdirector del servicio secreto cubano, Rodríguez Menier, abandonó el régimen; mientras el general Arnaldo Ochoa, cuya formación militar, recibió en la URSS, exigía implementar en Cuba, la glasnost impulsada por Gorbachov. Esto ponía en riesgo el poder de castro, por lo que lo acusó de narcotráfico y lo fusiló junto a de la Guardia, para enviar un mensaje al Ejército: si destruí al héroe de la revolución, nadie está a salvo. Ante la reestructuración soviética y las acusaciones de que el régimen está involucrado en narcotráfico, en 1993 permitió el dólar en Cuba, como moneda de curso legal, para fomentar el turismo que tiene por objetivo financiar al Ejército, para mantener el poder, pese al colapso de la infraestructura, escasez de alimentos y servicios. Para sobrevivir y sabotear vende inteligencia militar, sistemas informáticos para alterar elecciones, servicios médicos y de desinformación, fuerzas de choque.

En el 2002, más de mil cubanos ayudaron a detener el golpe del Ejército venezolano contra Chávez; en Brasil, Lula pagó 300mdd por 10.000 médicos; en Ecuador y Bolivia, infiltraron la fuerza pública: el general Sanabria, jefe antidroga de Bolivia, fue detenido por narcotráfico; en Ecuador, la Base de Manta fue utilizada como bodega de cocaína. En Cuba la mayoría de su población no cree en el sistema. Solo un delincuente, después de 60 años de crímenes y fracaso, puede pensar que el castro-narco-comunismo funciona.

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En los 70 los narcotraficantes llevaban armas a las FARC, a cambio de seguridad a plantaciones y laboratorios. En los 80, Castro permitió usar aguas territoriales de Cuba, por un 10% de los embarques de drogas, armas y personas, convirtiendo su «revolución», en un régimen narco-comunista, al considerar la droga como arma, para desestabilizar el capitalismo, recaudar dinero y lavarlo en bancos establecidos en Cuba.

Se cuidó de no tener contacto con narcotraficantes, para eso utilizó el Ministerio del Interior, a través de «misiones especiales», encargadas al coronel Antonio de la Guardia. La perestroika implementada en la URSS, destruyó el comunismo. En 1989 cayó el muro de Berlín, el subdirector del servicio secreto cubano, Rodríguez Menier, abandonó el régimen; mientras el general Arnaldo Ochoa, cuya formación militar, recibió en la URSS, exigía implementar en Cuba, la glasnost impulsada por Gorbachov. Esto ponía en riesgo el poder de castro, por lo que lo acusó de narcotráfico y lo fusiló junto a de la Guardia, para enviar un mensaje al Ejército: si destruí al héroe de la revolución, nadie está a salvo. Ante la reestructuración soviética y las acusaciones de que el régimen está involucrado en narcotráfico, en 1993 permitió el dólar en Cuba, como moneda de curso legal, para fomentar el turismo que tiene por objetivo financiar al Ejército, para mantener el poder, pese al colapso de la infraestructura, escasez de alimentos y servicios. Para sobrevivir y sabotear vende inteligencia militar, sistemas informáticos para alterar elecciones, servicios médicos y de desinformación, fuerzas de choque.

En el 2002, más de mil cubanos ayudaron a detener el golpe del Ejército venezolano contra Chávez; en Brasil, Lula pagó 300mdd por 10.000 médicos; en Ecuador y Bolivia, infiltraron la fuerza pública: el general Sanabria, jefe antidroga de Bolivia, fue detenido por narcotráfico; en Ecuador, la Base de Manta fue utilizada como bodega de cocaína. En Cuba la mayoría de su población no cree en el sistema. Solo un delincuente, después de 60 años de crímenes y fracaso, puede pensar que el castro-narco-comunismo funciona.

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