Día de muertos

Santiago Ochoa-Moreno

En Ecuador, el día de muertos, se conmemora el 2 de noviembre y está vinculado a las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Esta fecha que conmemora la partida de un ser querido, sirve no solo para visitar sus tumbas, orar y/o pensar en ellos, sino también para reflexionar en que no somos eternos. Aunque muchos no comprendamos por qué hay que morir o, aunque tengamos miedo de nuestra muerte o de nuestros seres queridos, aunque hayamos perdido alguno, la muerte, termina siendo el medidor de la vida, la cual puede ser larga o corta; pero, debemos intentar vivirla, pues solo quien vive muere. Como dice Mario Benedetti: “Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.” Parafraseando a Confucio, a veces tratamos de entender la muerte cuando aún no hemos entendido la vida. De qué sirve el estrés por el trabajo, las discusiones por cuestiones políticas u otras, el enemistarse con familiares o amigos, o preocuparnos por cosas vanas, si algún día ya no estaremos. Es momento de disfrutar cada día, la soledad, la compañía, a quienes aún tenemos alrededor, y recordar a quienes hemos perdido. Como mencionaba en otro editorial: si fuésemos consientes de nuestro limitado tiempo, no obedeceríamos leyes ni normas injustas, pensaríamos en nosotros; pero, también seríamos más conscientes de los demás, dejaríamos de esperar “mejores tiempos” y entenderíamos que el mejor tiempo es este momento.

Una manera de honrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, es viviendo cada instante al máximo. Como decía Steve Jobs: “Si vives cada día de tu vida como si fuera el último, algún día tendrás razón” y si no lo estamos haciendo, siempre es bueno, tomarse un descanso, un respiro, meditarlo, y seguir viviendo al máximo. (O)

[email protected]

Santiago Ochoa-Moreno

En Ecuador, el día de muertos, se conmemora el 2 de noviembre y está vinculado a las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Esta fecha que conmemora la partida de un ser querido, sirve no solo para visitar sus tumbas, orar y/o pensar en ellos, sino también para reflexionar en que no somos eternos. Aunque muchos no comprendamos por qué hay que morir o, aunque tengamos miedo de nuestra muerte o de nuestros seres queridos, aunque hayamos perdido alguno, la muerte, termina siendo el medidor de la vida, la cual puede ser larga o corta; pero, debemos intentar vivirla, pues solo quien vive muere. Como dice Mario Benedetti: “Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.” Parafraseando a Confucio, a veces tratamos de entender la muerte cuando aún no hemos entendido la vida. De qué sirve el estrés por el trabajo, las discusiones por cuestiones políticas u otras, el enemistarse con familiares o amigos, o preocuparnos por cosas vanas, si algún día ya no estaremos. Es momento de disfrutar cada día, la soledad, la compañía, a quienes aún tenemos alrededor, y recordar a quienes hemos perdido. Como mencionaba en otro editorial: si fuésemos consientes de nuestro limitado tiempo, no obedeceríamos leyes ni normas injustas, pensaríamos en nosotros; pero, también seríamos más conscientes de los demás, dejaríamos de esperar “mejores tiempos” y entenderíamos que el mejor tiempo es este momento.

Una manera de honrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, es viviendo cada instante al máximo. Como decía Steve Jobs: “Si vives cada día de tu vida como si fuera el último, algún día tendrás razón” y si no lo estamos haciendo, siempre es bueno, tomarse un descanso, un respiro, meditarlo, y seguir viviendo al máximo. (O)

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Santiago Ochoa-Moreno

En Ecuador, el día de muertos, se conmemora el 2 de noviembre y está vinculado a las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Esta fecha que conmemora la partida de un ser querido, sirve no solo para visitar sus tumbas, orar y/o pensar en ellos, sino también para reflexionar en que no somos eternos. Aunque muchos no comprendamos por qué hay que morir o, aunque tengamos miedo de nuestra muerte o de nuestros seres queridos, aunque hayamos perdido alguno, la muerte, termina siendo el medidor de la vida, la cual puede ser larga o corta; pero, debemos intentar vivirla, pues solo quien vive muere. Como dice Mario Benedetti: “Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.” Parafraseando a Confucio, a veces tratamos de entender la muerte cuando aún no hemos entendido la vida. De qué sirve el estrés por el trabajo, las discusiones por cuestiones políticas u otras, el enemistarse con familiares o amigos, o preocuparnos por cosas vanas, si algún día ya no estaremos. Es momento de disfrutar cada día, la soledad, la compañía, a quienes aún tenemos alrededor, y recordar a quienes hemos perdido. Como mencionaba en otro editorial: si fuésemos consientes de nuestro limitado tiempo, no obedeceríamos leyes ni normas injustas, pensaríamos en nosotros; pero, también seríamos más conscientes de los demás, dejaríamos de esperar “mejores tiempos” y entenderíamos que el mejor tiempo es este momento.

Una manera de honrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, es viviendo cada instante al máximo. Como decía Steve Jobs: “Si vives cada día de tu vida como si fuera el último, algún día tendrás razón” y si no lo estamos haciendo, siempre es bueno, tomarse un descanso, un respiro, meditarlo, y seguir viviendo al máximo. (O)

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Santiago Ochoa-Moreno

En Ecuador, el día de muertos, se conmemora el 2 de noviembre y está vinculado a las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Esta fecha que conmemora la partida de un ser querido, sirve no solo para visitar sus tumbas, orar y/o pensar en ellos, sino también para reflexionar en que no somos eternos. Aunque muchos no comprendamos por qué hay que morir o, aunque tengamos miedo de nuestra muerte o de nuestros seres queridos, aunque hayamos perdido alguno, la muerte, termina siendo el medidor de la vida, la cual puede ser larga o corta; pero, debemos intentar vivirla, pues solo quien vive muere. Como dice Mario Benedetti: “Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.” Parafraseando a Confucio, a veces tratamos de entender la muerte cuando aún no hemos entendido la vida. De qué sirve el estrés por el trabajo, las discusiones por cuestiones políticas u otras, el enemistarse con familiares o amigos, o preocuparnos por cosas vanas, si algún día ya no estaremos. Es momento de disfrutar cada día, la soledad, la compañía, a quienes aún tenemos alrededor, y recordar a quienes hemos perdido. Como mencionaba en otro editorial: si fuésemos consientes de nuestro limitado tiempo, no obedeceríamos leyes ni normas injustas, pensaríamos en nosotros; pero, también seríamos más conscientes de los demás, dejaríamos de esperar “mejores tiempos” y entenderíamos que el mejor tiempo es este momento.

Una manera de honrar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, es viviendo cada instante al máximo. Como decía Steve Jobs: “Si vives cada día de tu vida como si fuera el último, algún día tendrás razón” y si no lo estamos haciendo, siempre es bueno, tomarse un descanso, un respiro, meditarlo, y seguir viviendo al máximo. (O)

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