Dos libros

FAUSTO MERINO MANCHENO

Acabo de consumir la lectura de dos libros de diferente contenido. Uno, la compilación de tres novelas del notable novelista ecuatoriano Eliécer Cárdenas, publicado por la Casa de la Cultura Matriz con el título de ‘Trilogía bandolera’, y otro, ‘El oasis de las palabras’, poemario de la dama esmeraldeña Milagros Pita, editado por la Casa Núcleo de Esmeraldas.

El primero se divide en tres secciones que corresponden a tres novelas hiladas entre sí, pero producidas en tiempos diferentes. En ‘Polvo y ceniza’, Cárdenas nos sumerge en el historial anecdótico del bandolero lojano Naún Briones. Captura con su magistral pluma la secuencia de su vida. Mientras lo hace, relata el entorno social, con todas sus desigualdades y costumbres. Finaliza la obra, con la muerte del bandido a mano directa de su implacable persecutor, el militar manco Deifilio Morocho.

En ‘El árbol de los caídos’, el novelista trata la historia de un forajido que logró escapar de una emboscada policial y se refugia largos años en una hacienda cedida por sus patrocinadores corruptos. Rehace su vida, forma una familia, se convierte en un hombre aislado pero respetado, esposo fiel y padre amoroso. Cuando es descubierta su falsa identidad es perseguido por un delegado presidencial que termina con el bandolero muerto.

En la tercera parte, ‘El héroe del brazo inerte’, el autor mantiene el mismo magistral dominio del idioma. Trata de la vida y milagros del famoso militar Morocho, manco de procedencia indígena, que después de una vida ejemplar al servicio del Ejército, es dado de baja y desconocido de sus méritos. Se refugia en una hacienda de un solitario lugar de la selva esmeraldeña.

El otro libro, de Milagros Pita, recoge su producción literaria de tinte romántico y nostálgico, en dos secciones diferentes. En la primera, realiza con fina prosa poética, un homenaje a varios famosos poetas clásicos románticos. En este homenaje, se ensartan versos sueltos atinentes, relacionados con las musas que inspiraron los poemas. En la segunda parte, escribe poemas tiernos, sencillos y hermosos. Son un canto a la vida, a la felicidad, al optimismo, la hermandad y la esperanza. ¡Felicitaciones!

[email protected]

FAUSTO MERINO MANCHENO

Acabo de consumir la lectura de dos libros de diferente contenido. Uno, la compilación de tres novelas del notable novelista ecuatoriano Eliécer Cárdenas, publicado por la Casa de la Cultura Matriz con el título de ‘Trilogía bandolera’, y otro, ‘El oasis de las palabras’, poemario de la dama esmeraldeña Milagros Pita, editado por la Casa Núcleo de Esmeraldas.

El primero se divide en tres secciones que corresponden a tres novelas hiladas entre sí, pero producidas en tiempos diferentes. En ‘Polvo y ceniza’, Cárdenas nos sumerge en el historial anecdótico del bandolero lojano Naún Briones. Captura con su magistral pluma la secuencia de su vida. Mientras lo hace, relata el entorno social, con todas sus desigualdades y costumbres. Finaliza la obra, con la muerte del bandido a mano directa de su implacable persecutor, el militar manco Deifilio Morocho.

En ‘El árbol de los caídos’, el novelista trata la historia de un forajido que logró escapar de una emboscada policial y se refugia largos años en una hacienda cedida por sus patrocinadores corruptos. Rehace su vida, forma una familia, se convierte en un hombre aislado pero respetado, esposo fiel y padre amoroso. Cuando es descubierta su falsa identidad es perseguido por un delegado presidencial que termina con el bandolero muerto.

En la tercera parte, ‘El héroe del brazo inerte’, el autor mantiene el mismo magistral dominio del idioma. Trata de la vida y milagros del famoso militar Morocho, manco de procedencia indígena, que después de una vida ejemplar al servicio del Ejército, es dado de baja y desconocido de sus méritos. Se refugia en una hacienda de un solitario lugar de la selva esmeraldeña.

El otro libro, de Milagros Pita, recoge su producción literaria de tinte romántico y nostálgico, en dos secciones diferentes. En la primera, realiza con fina prosa poética, un homenaje a varios famosos poetas clásicos románticos. En este homenaje, se ensartan versos sueltos atinentes, relacionados con las musas que inspiraron los poemas. En la segunda parte, escribe poemas tiernos, sencillos y hermosos. Son un canto a la vida, a la felicidad, al optimismo, la hermandad y la esperanza. ¡Felicitaciones!

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FAUSTO MERINO MANCHENO

Acabo de consumir la lectura de dos libros de diferente contenido. Uno, la compilación de tres novelas del notable novelista ecuatoriano Eliécer Cárdenas, publicado por la Casa de la Cultura Matriz con el título de ‘Trilogía bandolera’, y otro, ‘El oasis de las palabras’, poemario de la dama esmeraldeña Milagros Pita, editado por la Casa Núcleo de Esmeraldas.

El primero se divide en tres secciones que corresponden a tres novelas hiladas entre sí, pero producidas en tiempos diferentes. En ‘Polvo y ceniza’, Cárdenas nos sumerge en el historial anecdótico del bandolero lojano Naún Briones. Captura con su magistral pluma la secuencia de su vida. Mientras lo hace, relata el entorno social, con todas sus desigualdades y costumbres. Finaliza la obra, con la muerte del bandido a mano directa de su implacable persecutor, el militar manco Deifilio Morocho.

En ‘El árbol de los caídos’, el novelista trata la historia de un forajido que logró escapar de una emboscada policial y se refugia largos años en una hacienda cedida por sus patrocinadores corruptos. Rehace su vida, forma una familia, se convierte en un hombre aislado pero respetado, esposo fiel y padre amoroso. Cuando es descubierta su falsa identidad es perseguido por un delegado presidencial que termina con el bandolero muerto.

En la tercera parte, ‘El héroe del brazo inerte’, el autor mantiene el mismo magistral dominio del idioma. Trata de la vida y milagros del famoso militar Morocho, manco de procedencia indígena, que después de una vida ejemplar al servicio del Ejército, es dado de baja y desconocido de sus méritos. Se refugia en una hacienda de un solitario lugar de la selva esmeraldeña.

El otro libro, de Milagros Pita, recoge su producción literaria de tinte romántico y nostálgico, en dos secciones diferentes. En la primera, realiza con fina prosa poética, un homenaje a varios famosos poetas clásicos románticos. En este homenaje, se ensartan versos sueltos atinentes, relacionados con las musas que inspiraron los poemas. En la segunda parte, escribe poemas tiernos, sencillos y hermosos. Son un canto a la vida, a la felicidad, al optimismo, la hermandad y la esperanza. ¡Felicitaciones!

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FAUSTO MERINO MANCHENO

Acabo de consumir la lectura de dos libros de diferente contenido. Uno, la compilación de tres novelas del notable novelista ecuatoriano Eliécer Cárdenas, publicado por la Casa de la Cultura Matriz con el título de ‘Trilogía bandolera’, y otro, ‘El oasis de las palabras’, poemario de la dama esmeraldeña Milagros Pita, editado por la Casa Núcleo de Esmeraldas.

El primero se divide en tres secciones que corresponden a tres novelas hiladas entre sí, pero producidas en tiempos diferentes. En ‘Polvo y ceniza’, Cárdenas nos sumerge en el historial anecdótico del bandolero lojano Naún Briones. Captura con su magistral pluma la secuencia de su vida. Mientras lo hace, relata el entorno social, con todas sus desigualdades y costumbres. Finaliza la obra, con la muerte del bandido a mano directa de su implacable persecutor, el militar manco Deifilio Morocho.

En ‘El árbol de los caídos’, el novelista trata la historia de un forajido que logró escapar de una emboscada policial y se refugia largos años en una hacienda cedida por sus patrocinadores corruptos. Rehace su vida, forma una familia, se convierte en un hombre aislado pero respetado, esposo fiel y padre amoroso. Cuando es descubierta su falsa identidad es perseguido por un delegado presidencial que termina con el bandolero muerto.

En la tercera parte, ‘El héroe del brazo inerte’, el autor mantiene el mismo magistral dominio del idioma. Trata de la vida y milagros del famoso militar Morocho, manco de procedencia indígena, que después de una vida ejemplar al servicio del Ejército, es dado de baja y desconocido de sus méritos. Se refugia en una hacienda de un solitario lugar de la selva esmeraldeña.

El otro libro, de Milagros Pita, recoge su producción literaria de tinte romántico y nostálgico, en dos secciones diferentes. En la primera, realiza con fina prosa poética, un homenaje a varios famosos poetas clásicos románticos. En este homenaje, se ensartan versos sueltos atinentes, relacionados con las musas que inspiraron los poemas. En la segunda parte, escribe poemas tiernos, sencillos y hermosos. Son un canto a la vida, a la felicidad, al optimismo, la hermandad y la esperanza. ¡Felicitaciones!

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