Tiempos absurdos

Rodrigo Santillán Peralbo

Ecuador vive tiempos absurdos al mejor estilo kaflkiano. Se habla de recuperar la paz, la armonía y de alguna especie de reencuentro interétnico que configure el Estado pluricultural y plurinacional, pero renació el odio racial, la intolerancia, el absurdo de paz mientras se habla de insurgencia. Se inician procesos judiciales contra los dirigentes indígenas de la Conaie y se insiste en el diálogo para “para consensuar”.

¿Las propuestas económicas y laborales serán aceptadas a pesar de las jornadas de octubre en la que se infiltraron grupos violentos que asaltaron locales comerciales, incendiaron la Contralaría y cometieron toda clase de atropellados envueltos en el anonimato de las multitudes? Es absurdo que se pretenda sindicar al movimiento indígena, como lo es hablar sin pensar.

Por algunos violentos, ¿es posible hablar de grupos insurgentes? Insurgentes fueron los que dieron el primer grito de la independencia en 1809, Eloy Alfaro y sus tropas, y hace unos años el Movimiento Alfaro Vive Carajo. Toda insurgencia requiere de un partido revolucionario y de objetivos de lucha claramente definidos.

En estos tiempos nada de eso existe; por tanto, pueden ser declaraciones para desviar la atención de los problemas de fondo que permanecen irresolutos: crisis económica, social y política, pérdida de credibilidad en políticos, partidos y autoridades, lucha contra la corrupción, búsqueda de la igualdad, justicia social, solidaridad y ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Es absurdo mantener 137 asambleístas, si con 37 sería más que suficiente. Es absurdo creer que se superará la crisis económica si se aumenta el desempleo. Es indispensable suprimir las pensiones vitalicias de todos los exgobernantes. ¿Es este el país del Absurdistán como alguien dijo?

[email protected]

Rodrigo Santillán Peralbo

Ecuador vive tiempos absurdos al mejor estilo kaflkiano. Se habla de recuperar la paz, la armonía y de alguna especie de reencuentro interétnico que configure el Estado pluricultural y plurinacional, pero renació el odio racial, la intolerancia, el absurdo de paz mientras se habla de insurgencia. Se inician procesos judiciales contra los dirigentes indígenas de la Conaie y se insiste en el diálogo para “para consensuar”.

¿Las propuestas económicas y laborales serán aceptadas a pesar de las jornadas de octubre en la que se infiltraron grupos violentos que asaltaron locales comerciales, incendiaron la Contralaría y cometieron toda clase de atropellados envueltos en el anonimato de las multitudes? Es absurdo que se pretenda sindicar al movimiento indígena, como lo es hablar sin pensar.

Por algunos violentos, ¿es posible hablar de grupos insurgentes? Insurgentes fueron los que dieron el primer grito de la independencia en 1809, Eloy Alfaro y sus tropas, y hace unos años el Movimiento Alfaro Vive Carajo. Toda insurgencia requiere de un partido revolucionario y de objetivos de lucha claramente definidos.

En estos tiempos nada de eso existe; por tanto, pueden ser declaraciones para desviar la atención de los problemas de fondo que permanecen irresolutos: crisis económica, social y política, pérdida de credibilidad en políticos, partidos y autoridades, lucha contra la corrupción, búsqueda de la igualdad, justicia social, solidaridad y ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Es absurdo mantener 137 asambleístas, si con 37 sería más que suficiente. Es absurdo creer que se superará la crisis económica si se aumenta el desempleo. Es indispensable suprimir las pensiones vitalicias de todos los exgobernantes. ¿Es este el país del Absurdistán como alguien dijo?

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Ecuador vive tiempos absurdos al mejor estilo kaflkiano. Se habla de recuperar la paz, la armonía y de alguna especie de reencuentro interétnico que configure el Estado pluricultural y plurinacional, pero renació el odio racial, la intolerancia, el absurdo de paz mientras se habla de insurgencia. Se inician procesos judiciales contra los dirigentes indígenas de la Conaie y se insiste en el diálogo para “para consensuar”.

¿Las propuestas económicas y laborales serán aceptadas a pesar de las jornadas de octubre en la que se infiltraron grupos violentos que asaltaron locales comerciales, incendiaron la Contralaría y cometieron toda clase de atropellados envueltos en el anonimato de las multitudes? Es absurdo que se pretenda sindicar al movimiento indígena, como lo es hablar sin pensar.

Por algunos violentos, ¿es posible hablar de grupos insurgentes? Insurgentes fueron los que dieron el primer grito de la independencia en 1809, Eloy Alfaro y sus tropas, y hace unos años el Movimiento Alfaro Vive Carajo. Toda insurgencia requiere de un partido revolucionario y de objetivos de lucha claramente definidos.

En estos tiempos nada de eso existe; por tanto, pueden ser declaraciones para desviar la atención de los problemas de fondo que permanecen irresolutos: crisis económica, social y política, pérdida de credibilidad en políticos, partidos y autoridades, lucha contra la corrupción, búsqueda de la igualdad, justicia social, solidaridad y ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Es absurdo mantener 137 asambleístas, si con 37 sería más que suficiente. Es absurdo creer que se superará la crisis económica si se aumenta el desempleo. Es indispensable suprimir las pensiones vitalicias de todos los exgobernantes. ¿Es este el país del Absurdistán como alguien dijo?

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Ecuador vive tiempos absurdos al mejor estilo kaflkiano. Se habla de recuperar la paz, la armonía y de alguna especie de reencuentro interétnico que configure el Estado pluricultural y plurinacional, pero renació el odio racial, la intolerancia, el absurdo de paz mientras se habla de insurgencia. Se inician procesos judiciales contra los dirigentes indígenas de la Conaie y se insiste en el diálogo para “para consensuar”.

¿Las propuestas económicas y laborales serán aceptadas a pesar de las jornadas de octubre en la que se infiltraron grupos violentos que asaltaron locales comerciales, incendiaron la Contralaría y cometieron toda clase de atropellados envueltos en el anonimato de las multitudes? Es absurdo que se pretenda sindicar al movimiento indígena, como lo es hablar sin pensar.

Por algunos violentos, ¿es posible hablar de grupos insurgentes? Insurgentes fueron los que dieron el primer grito de la independencia en 1809, Eloy Alfaro y sus tropas, y hace unos años el Movimiento Alfaro Vive Carajo. Toda insurgencia requiere de un partido revolucionario y de objetivos de lucha claramente definidos.

En estos tiempos nada de eso existe; por tanto, pueden ser declaraciones para desviar la atención de los problemas de fondo que permanecen irresolutos: crisis económica, social y política, pérdida de credibilidad en políticos, partidos y autoridades, lucha contra la corrupción, búsqueda de la igualdad, justicia social, solidaridad y ejercicio pleno de los Derechos Humanos.

Es absurdo mantener 137 asambleístas, si con 37 sería más que suficiente. Es absurdo creer que se superará la crisis económica si se aumenta el desempleo. Es indispensable suprimir las pensiones vitalicias de todos los exgobernantes. ¿Es este el país del Absurdistán como alguien dijo?

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