Es que…

No hace falta imaginar que no hay paraíso, si de pronto te das cuenta que los significados de los gritos, pretenden alcanzar los significados contrarios; se grita la palabra paz y a la vez se destruyen centros urbanos, se atacan ambulancias, se producen saqueos, se suprime el abastecimiento de agua, se obliga a cerrar ya sea la tienda de la esquina o las carreteras, se persigue a la misma indígena vendedora ambulante; la consigna está en “todos deben apoyar”.

No es fácil pensar que ya pasó, ni siquiera intentarlo, aquí se produjo el infierno, no debajo nuestro, junto a todos, el terror sigue pululando; alguien dijo que estamos en la depresión postparo; al punto que los mismos “ganadores” saben que hacer, proponen partidos políticos amazónicos, ejércitos con excombatientes. Parecería que la resaca no se acaba, hablan de retirarse de la mesa de diálogo porque se sienten perseguidos, a la vez dicen reconocer a las autoridades electas por el pueblo ecuatoriano; pronto se olvidaron que instaron a la insurrección armada, que se tomaron la Asamblea, que se tomaron las Gobernaciones, que secuestraron alcaldes, policías, militares, periodistas.

Entendieron el diálogo o negociación como imposiciones unilaterales, y hasta piden tiempo necesario para la concreción de sus directrices; no se hace esperar la amenaza sobre cualquier otro decreto que se formule, y se hace hincapié en que solo obedece el mandato del pueblo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quiénes? ¿Por qué se hicieron merecedores al mandato del pueblo?

Aquello que se vea como amenazas a sus imposiciones, simplemente pretenden eliminarlo, como la acción mediadora de la Naciones Unidas, dicen que a veces sienten que se inclina hacia el Gobierno, como si la mediación no fuera el proceso voluntario al que se someten las dos partes en conflicto, y las partes buscas sus propias soluciones con el fin de resolver sus diferencias.

Es que no estamos viviendo el presente, es que los cálculos políticos hegemónicos o monárquicos sobrepasaron a la realidad, es que no quieren vivir en paz, ni dejarnos vivir en paz, es que no fue por el retiro de los subsidios, es que… es que…

No hace falta imaginar que no hay paraíso, si de pronto te das cuenta que los significados de los gritos, pretenden alcanzar los significados contrarios; se grita la palabra paz y a la vez se destruyen centros urbanos, se atacan ambulancias, se producen saqueos, se suprime el abastecimiento de agua, se obliga a cerrar ya sea la tienda de la esquina o las carreteras, se persigue a la misma indígena vendedora ambulante; la consigna está en “todos deben apoyar”.

No es fácil pensar que ya pasó, ni siquiera intentarlo, aquí se produjo el infierno, no debajo nuestro, junto a todos, el terror sigue pululando; alguien dijo que estamos en la depresión postparo; al punto que los mismos “ganadores” saben que hacer, proponen partidos políticos amazónicos, ejércitos con excombatientes. Parecería que la resaca no se acaba, hablan de retirarse de la mesa de diálogo porque se sienten perseguidos, a la vez dicen reconocer a las autoridades electas por el pueblo ecuatoriano; pronto se olvidaron que instaron a la insurrección armada, que se tomaron la Asamblea, que se tomaron las Gobernaciones, que secuestraron alcaldes, policías, militares, periodistas.

Entendieron el diálogo o negociación como imposiciones unilaterales, y hasta piden tiempo necesario para la concreción de sus directrices; no se hace esperar la amenaza sobre cualquier otro decreto que se formule, y se hace hincapié en que solo obedece el mandato del pueblo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quiénes? ¿Por qué se hicieron merecedores al mandato del pueblo?

Aquello que se vea como amenazas a sus imposiciones, simplemente pretenden eliminarlo, como la acción mediadora de la Naciones Unidas, dicen que a veces sienten que se inclina hacia el Gobierno, como si la mediación no fuera el proceso voluntario al que se someten las dos partes en conflicto, y las partes buscas sus propias soluciones con el fin de resolver sus diferencias.

Es que no estamos viviendo el presente, es que los cálculos políticos hegemónicos o monárquicos sobrepasaron a la realidad, es que no quieren vivir en paz, ni dejarnos vivir en paz, es que no fue por el retiro de los subsidios, es que… es que…

No hace falta imaginar que no hay paraíso, si de pronto te das cuenta que los significados de los gritos, pretenden alcanzar los significados contrarios; se grita la palabra paz y a la vez se destruyen centros urbanos, se atacan ambulancias, se producen saqueos, se suprime el abastecimiento de agua, se obliga a cerrar ya sea la tienda de la esquina o las carreteras, se persigue a la misma indígena vendedora ambulante; la consigna está en “todos deben apoyar”.

No es fácil pensar que ya pasó, ni siquiera intentarlo, aquí se produjo el infierno, no debajo nuestro, junto a todos, el terror sigue pululando; alguien dijo que estamos en la depresión postparo; al punto que los mismos “ganadores” saben que hacer, proponen partidos políticos amazónicos, ejércitos con excombatientes. Parecería que la resaca no se acaba, hablan de retirarse de la mesa de diálogo porque se sienten perseguidos, a la vez dicen reconocer a las autoridades electas por el pueblo ecuatoriano; pronto se olvidaron que instaron a la insurrección armada, que se tomaron la Asamblea, que se tomaron las Gobernaciones, que secuestraron alcaldes, policías, militares, periodistas.

Entendieron el diálogo o negociación como imposiciones unilaterales, y hasta piden tiempo necesario para la concreción de sus directrices; no se hace esperar la amenaza sobre cualquier otro decreto que se formule, y se hace hincapié en que solo obedece el mandato del pueblo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quiénes? ¿Por qué se hicieron merecedores al mandato del pueblo?

Aquello que se vea como amenazas a sus imposiciones, simplemente pretenden eliminarlo, como la acción mediadora de la Naciones Unidas, dicen que a veces sienten que se inclina hacia el Gobierno, como si la mediación no fuera el proceso voluntario al que se someten las dos partes en conflicto, y las partes buscas sus propias soluciones con el fin de resolver sus diferencias.

Es que no estamos viviendo el presente, es que los cálculos políticos hegemónicos o monárquicos sobrepasaron a la realidad, es que no quieren vivir en paz, ni dejarnos vivir en paz, es que no fue por el retiro de los subsidios, es que… es que…

No hace falta imaginar que no hay paraíso, si de pronto te das cuenta que los significados de los gritos, pretenden alcanzar los significados contrarios; se grita la palabra paz y a la vez se destruyen centros urbanos, se atacan ambulancias, se producen saqueos, se suprime el abastecimiento de agua, se obliga a cerrar ya sea la tienda de la esquina o las carreteras, se persigue a la misma indígena vendedora ambulante; la consigna está en “todos deben apoyar”.

No es fácil pensar que ya pasó, ni siquiera intentarlo, aquí se produjo el infierno, no debajo nuestro, junto a todos, el terror sigue pululando; alguien dijo que estamos en la depresión postparo; al punto que los mismos “ganadores” saben que hacer, proponen partidos políticos amazónicos, ejércitos con excombatientes. Parecería que la resaca no se acaba, hablan de retirarse de la mesa de diálogo porque se sienten perseguidos, a la vez dicen reconocer a las autoridades electas por el pueblo ecuatoriano; pronto se olvidaron que instaron a la insurrección armada, que se tomaron la Asamblea, que se tomaron las Gobernaciones, que secuestraron alcaldes, policías, militares, periodistas.

Entendieron el diálogo o negociación como imposiciones unilaterales, y hasta piden tiempo necesario para la concreción de sus directrices; no se hace esperar la amenaza sobre cualquier otro decreto que se formule, y se hace hincapié en que solo obedece el mandato del pueblo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Quiénes? ¿Por qué se hicieron merecedores al mandato del pueblo?

Aquello que se vea como amenazas a sus imposiciones, simplemente pretenden eliminarlo, como la acción mediadora de la Naciones Unidas, dicen que a veces sienten que se inclina hacia el Gobierno, como si la mediación no fuera el proceso voluntario al que se someten las dos partes en conflicto, y las partes buscas sus propias soluciones con el fin de resolver sus diferencias.

Es que no estamos viviendo el presente, es que los cálculos políticos hegemónicos o monárquicos sobrepasaron a la realidad, es que no quieren vivir en paz, ni dejarnos vivir en paz, es que no fue por el retiro de los subsidios, es que… es que…