Información y redes

Con preocupación vemos como diariamente se difunde sin ninguna responsabilidad información de todo tipo, pero me referiré específicamente a la información falsa, la Red de Periodismo Ético (EJN) la define como “Toda aquella información fabricada y publicada deliberadamente para engañar e inducir a terceros a creer falsedades o poner en duda hechos verificables”. Esta definición debería permitirnos diferenciar más fácilmente el periodismo de la propaganda, de los “hechos alternativos” y de las mentiras malévolas. Cuando se están multiplicando en todo el mundo actos de injerencia en los procesos democráticos, es inevitable intensificar el debate sobre los medios para luchar contra informaciones trucadas o manipuladas. Sin embargo, la deficiente comprensión de este fenómeno y de sus orígenes y peligros reales está sembrando confusión. Con fines de análisis cabe preguntarnos ¿qué han hecho los medios informativos tradicionales para que esas noticias falsas sean aceptadas y difundidas con tanta facilidad?

Las noticias tergiversadas son como una espina clavada en el pie de los profesionales del periodismo, por lo que deben reforzar la legitimidad de su profesión, están obligados a verificar los hechos, exigir respuestas y garantizar la transparencia de los métodos de búsqueda de información, demostrando dónde están los hechos reales y denunciar los embustes e impedir su propagación. No obstante estamos en un momento en el que todos debemos luchar para quitarle el poder e influencia a quienes tras perfiles falsos pretenden manipular nuestra opinión, generando ansiedad, odio, disociación, entre otros sentimientos que no hacen bien a nuestra sociedad, y derecho a vivir bien. Por norma general verifiquemos la fuente de la información antes de compartirla, así mismo identifiquemos a quienes la comparten y cuáles son sus objetivos reales.

[email protected]

Con preocupación vemos como diariamente se difunde sin ninguna responsabilidad información de todo tipo, pero me referiré específicamente a la información falsa, la Red de Periodismo Ético (EJN) la define como “Toda aquella información fabricada y publicada deliberadamente para engañar e inducir a terceros a creer falsedades o poner en duda hechos verificables”. Esta definición debería permitirnos diferenciar más fácilmente el periodismo de la propaganda, de los “hechos alternativos” y de las mentiras malévolas. Cuando se están multiplicando en todo el mundo actos de injerencia en los procesos democráticos, es inevitable intensificar el debate sobre los medios para luchar contra informaciones trucadas o manipuladas. Sin embargo, la deficiente comprensión de este fenómeno y de sus orígenes y peligros reales está sembrando confusión. Con fines de análisis cabe preguntarnos ¿qué han hecho los medios informativos tradicionales para que esas noticias falsas sean aceptadas y difundidas con tanta facilidad?

Las noticias tergiversadas son como una espina clavada en el pie de los profesionales del periodismo, por lo que deben reforzar la legitimidad de su profesión, están obligados a verificar los hechos, exigir respuestas y garantizar la transparencia de los métodos de búsqueda de información, demostrando dónde están los hechos reales y denunciar los embustes e impedir su propagación. No obstante estamos en un momento en el que todos debemos luchar para quitarle el poder e influencia a quienes tras perfiles falsos pretenden manipular nuestra opinión, generando ansiedad, odio, disociación, entre otros sentimientos que no hacen bien a nuestra sociedad, y derecho a vivir bien. Por norma general verifiquemos la fuente de la información antes de compartirla, así mismo identifiquemos a quienes la comparten y cuáles son sus objetivos reales.

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Con preocupación vemos como diariamente se difunde sin ninguna responsabilidad información de todo tipo, pero me referiré específicamente a la información falsa, la Red de Periodismo Ético (EJN) la define como “Toda aquella información fabricada y publicada deliberadamente para engañar e inducir a terceros a creer falsedades o poner en duda hechos verificables”. Esta definición debería permitirnos diferenciar más fácilmente el periodismo de la propaganda, de los “hechos alternativos” y de las mentiras malévolas. Cuando se están multiplicando en todo el mundo actos de injerencia en los procesos democráticos, es inevitable intensificar el debate sobre los medios para luchar contra informaciones trucadas o manipuladas. Sin embargo, la deficiente comprensión de este fenómeno y de sus orígenes y peligros reales está sembrando confusión. Con fines de análisis cabe preguntarnos ¿qué han hecho los medios informativos tradicionales para que esas noticias falsas sean aceptadas y difundidas con tanta facilidad?

Las noticias tergiversadas son como una espina clavada en el pie de los profesionales del periodismo, por lo que deben reforzar la legitimidad de su profesión, están obligados a verificar los hechos, exigir respuestas y garantizar la transparencia de los métodos de búsqueda de información, demostrando dónde están los hechos reales y denunciar los embustes e impedir su propagación. No obstante estamos en un momento en el que todos debemos luchar para quitarle el poder e influencia a quienes tras perfiles falsos pretenden manipular nuestra opinión, generando ansiedad, odio, disociación, entre otros sentimientos que no hacen bien a nuestra sociedad, y derecho a vivir bien. Por norma general verifiquemos la fuente de la información antes de compartirla, así mismo identifiquemos a quienes la comparten y cuáles son sus objetivos reales.

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Las noticias tergiversadas son como una espina clavada en el pie de los profesionales del periodismo, por lo que deben reforzar la legitimidad de su profesión, están obligados a verificar los hechos, exigir respuestas y garantizar la transparencia de los métodos de búsqueda de información, demostrando dónde están los hechos reales y denunciar los embustes e impedir su propagación. No obstante estamos en un momento en el que todos debemos luchar para quitarle el poder e influencia a quienes tras perfiles falsos pretenden manipular nuestra opinión, generando ansiedad, odio, disociación, entre otros sentimientos que no hacen bien a nuestra sociedad, y derecho a vivir bien. Por norma general verifiquemos la fuente de la información antes de compartirla, así mismo identifiquemos a quienes la comparten y cuáles son sus objetivos reales.

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