Qué falta de liderazgo

Pablo Ortiz Muñoz

Una vez más me sorprende la falta de liderazgo del Señor Presidente. Como puede ser que frente a una crisis en el país, abandone el barco y se traslade a la ciudad de Guayaquil, se instale en el gobierno zonal de esa ciudad y desde ahí atienda, delegando las funciones en la capital a sus ministros, sobre la delicada situación que vivió la capital de los ecuatorianos.

Muy cómoda decisión sin lugar a dudas, habrá que recordarle el lema de los capitanes de mar, “me hundo junto a mi barco”. Señor Presidente si se toma una decisión hay que afrontarla con firmeza. De sus propias palabras ha salido “nunca he dado mi brazo a torcer en mis decisiones y soy firme en mis disposiciones”.

No se está juzgando lo actuado, sino la forma de hacerlo y como se lo ha enfrentado, no hay duda, me recuerda los típicos tira piedras, “lanzo la primera piedra y soy el primero en correr”, “tomo las medidas y soy el primero en alejarme”.

Si la memoria no me traiciona Señor Presidente, las recetas del Fondo Monetario Internacional nunca han funcionado en Latinoamérica. Desde que tengo uso de razón se las ha aplicado y que resultados han dado para la económica de los países, nada, absolutamente nada, y no es necesario ser un erudito en las ciencias económicas para darse cuenta de esto. El FMI como todo organismo de crédito lo único que quiere es recuperar su inversión y con grandes creces, lo que suceda con los pueblos y su gente lo tienen sin cuidado.

No estoy, ni estaré de acuerdo con los subsidios, estos simplemente han sido una alcahuetería para los gobiernos de turno. La gente trabajadora ya no cree en eso, ni en los bonos, ni en las ayudas. Lo único que se genera con esto es una sociedad vaga, que todo lo quiere gratis, sin el más mínimo esfuerzo. Pero de quien aprendió esto la gente y con tal aplicación, por su puesto de los líderes políticos, que lo único que buscan es un pueblo ciego, acostumbrado a vivir de las dadivas, que piense en pequeño y viva como tal. (O)

Pablo Ortiz Muñoz

Una vez más me sorprende la falta de liderazgo del Señor Presidente. Como puede ser que frente a una crisis en el país, abandone el barco y se traslade a la ciudad de Guayaquil, se instale en el gobierno zonal de esa ciudad y desde ahí atienda, delegando las funciones en la capital a sus ministros, sobre la delicada situación que vivió la capital de los ecuatorianos.

Muy cómoda decisión sin lugar a dudas, habrá que recordarle el lema de los capitanes de mar, “me hundo junto a mi barco”. Señor Presidente si se toma una decisión hay que afrontarla con firmeza. De sus propias palabras ha salido “nunca he dado mi brazo a torcer en mis decisiones y soy firme en mis disposiciones”.

No se está juzgando lo actuado, sino la forma de hacerlo y como se lo ha enfrentado, no hay duda, me recuerda los típicos tira piedras, “lanzo la primera piedra y soy el primero en correr”, “tomo las medidas y soy el primero en alejarme”.

Si la memoria no me traiciona Señor Presidente, las recetas del Fondo Monetario Internacional nunca han funcionado en Latinoamérica. Desde que tengo uso de razón se las ha aplicado y que resultados han dado para la económica de los países, nada, absolutamente nada, y no es necesario ser un erudito en las ciencias económicas para darse cuenta de esto. El FMI como todo organismo de crédito lo único que quiere es recuperar su inversión y con grandes creces, lo que suceda con los pueblos y su gente lo tienen sin cuidado.

No estoy, ni estaré de acuerdo con los subsidios, estos simplemente han sido una alcahuetería para los gobiernos de turno. La gente trabajadora ya no cree en eso, ni en los bonos, ni en las ayudas. Lo único que se genera con esto es una sociedad vaga, que todo lo quiere gratis, sin el más mínimo esfuerzo. Pero de quien aprendió esto la gente y con tal aplicación, por su puesto de los líderes políticos, que lo único que buscan es un pueblo ciego, acostumbrado a vivir de las dadivas, que piense en pequeño y viva como tal. (O)

Pablo Ortiz Muñoz

Una vez más me sorprende la falta de liderazgo del Señor Presidente. Como puede ser que frente a una crisis en el país, abandone el barco y se traslade a la ciudad de Guayaquil, se instale en el gobierno zonal de esa ciudad y desde ahí atienda, delegando las funciones en la capital a sus ministros, sobre la delicada situación que vivió la capital de los ecuatorianos.

Muy cómoda decisión sin lugar a dudas, habrá que recordarle el lema de los capitanes de mar, “me hundo junto a mi barco”. Señor Presidente si se toma una decisión hay que afrontarla con firmeza. De sus propias palabras ha salido “nunca he dado mi brazo a torcer en mis decisiones y soy firme en mis disposiciones”.

No se está juzgando lo actuado, sino la forma de hacerlo y como se lo ha enfrentado, no hay duda, me recuerda los típicos tira piedras, “lanzo la primera piedra y soy el primero en correr”, “tomo las medidas y soy el primero en alejarme”.

Si la memoria no me traiciona Señor Presidente, las recetas del Fondo Monetario Internacional nunca han funcionado en Latinoamérica. Desde que tengo uso de razón se las ha aplicado y que resultados han dado para la económica de los países, nada, absolutamente nada, y no es necesario ser un erudito en las ciencias económicas para darse cuenta de esto. El FMI como todo organismo de crédito lo único que quiere es recuperar su inversión y con grandes creces, lo que suceda con los pueblos y su gente lo tienen sin cuidado.

No estoy, ni estaré de acuerdo con los subsidios, estos simplemente han sido una alcahuetería para los gobiernos de turno. La gente trabajadora ya no cree en eso, ni en los bonos, ni en las ayudas. Lo único que se genera con esto es una sociedad vaga, que todo lo quiere gratis, sin el más mínimo esfuerzo. Pero de quien aprendió esto la gente y con tal aplicación, por su puesto de los líderes políticos, que lo único que buscan es un pueblo ciego, acostumbrado a vivir de las dadivas, que piense en pequeño y viva como tal. (O)

Pablo Ortiz Muñoz

Una vez más me sorprende la falta de liderazgo del Señor Presidente. Como puede ser que frente a una crisis en el país, abandone el barco y se traslade a la ciudad de Guayaquil, se instale en el gobierno zonal de esa ciudad y desde ahí atienda, delegando las funciones en la capital a sus ministros, sobre la delicada situación que vivió la capital de los ecuatorianos.

Muy cómoda decisión sin lugar a dudas, habrá que recordarle el lema de los capitanes de mar, “me hundo junto a mi barco”. Señor Presidente si se toma una decisión hay que afrontarla con firmeza. De sus propias palabras ha salido “nunca he dado mi brazo a torcer en mis decisiones y soy firme en mis disposiciones”.

No se está juzgando lo actuado, sino la forma de hacerlo y como se lo ha enfrentado, no hay duda, me recuerda los típicos tira piedras, “lanzo la primera piedra y soy el primero en correr”, “tomo las medidas y soy el primero en alejarme”.

Si la memoria no me traiciona Señor Presidente, las recetas del Fondo Monetario Internacional nunca han funcionado en Latinoamérica. Desde que tengo uso de razón se las ha aplicado y que resultados han dado para la económica de los países, nada, absolutamente nada, y no es necesario ser un erudito en las ciencias económicas para darse cuenta de esto. El FMI como todo organismo de crédito lo único que quiere es recuperar su inversión y con grandes creces, lo que suceda con los pueblos y su gente lo tienen sin cuidado.

No estoy, ni estaré de acuerdo con los subsidios, estos simplemente han sido una alcahuetería para los gobiernos de turno. La gente trabajadora ya no cree en eso, ni en los bonos, ni en las ayudas. Lo único que se genera con esto es una sociedad vaga, que todo lo quiere gratis, sin el más mínimo esfuerzo. Pero de quien aprendió esto la gente y con tal aplicación, por su puesto de los líderes políticos, que lo único que buscan es un pueblo ciego, acostumbrado a vivir de las dadivas, que piense en pequeño y viva como tal. (O)