Moreno, el villano

Víctor Cabezas

Es cierto, el cuentito de que todo es culpa de Correa no puede servir de justificativo para evadir las responsabilidades de un Lenín Moreno desubicado en su rol de presidente. Es cierto que tenemos un Gobierno sin mapa ni brújula, que hace de la improvisación una política de Estado. No obstante, de otro lado, sería insensato cerrar los ojos y pretender que en Ecuador no pasó nada durante los últimos diez años y que los impactos económicos que vivimos hoy son responsabilidad del presidente Moreno.

No. Eso sería miope e injusto. A él le ha tocado apagar las luces y cerrar las puertas de un periodo de dispendio irresponsable de los recursos públicos. A Lenín le tocó la tarea poco agraciada de ser el aguafiestas, el villano. Y quizás el corto juicio de la Historia y nuestra memoria inmediata lo recuerden así, como el gobernante villano. Sin embargo, ese presidente se ha atrevido a cortar un subsidio socialmente nefasto: el de la gasolina.

A él le tocó desvincular miles de funcionarios públicos que lamentablemente obtuvieron espacios artificiales que un presupuesto real no podía solventar a largo plazo. A Lenín le tocó enfrentar los efectos de un sistema laboral obsoleto, que ahoga al emprendedor y aísla al trabajador. Eso y mucho más le ha tocado enfrentar al presidente y, ventajosamente, él ha elegido ser el villano de esta historia.

Yo se lo agradezco, me comprometo a apoyar como ciudadano las medidas presentadas el martes pasado. A la vez, le exijo responsabilidad como mandatario: no más improvisación, no más proyectos espontáneos y populistas (el mundial, el teleférico, el tren playero, etc.). Acepto aplaudo al presidente como villano y le pido que sea responsable en esa noble y valiosísima tarea.

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