Patricio Durán
La anterior fue una semana de miedos en la Asamblea Nacional. Hubo, como nunca, varias convocatorias a sesiones del pleno, incluso una convocada a las 06h00 -que luego fue suspendida- y otra convocada para el día sábado. En la sesión 485 se trató el Primer Debate de Ley Orgánica para Impulsar la Reactivación Económica del Ecuador (Urgente en materia económica). El asambleísta Fernando Callejas Barona, propuso que –para ser coherentes- se cambie de nombre a la mencionada Ley y se la llame “Ley Orgánica para recaudar más impuestos para mantener un estado obeso, despilfarrador y corrupto”.
No solamente tuvimos que afrontar nuevamente este proyecto de “reactivación económica», viniendo de una Comisión de Régimen Económico en su mayoría de tinte “correísta”, sino que los ecuatorianos recibimos este “paquetazo” –o #PaqueTasa, como lo dicen algunos entendidos- con noticias escalofriantes para los importadores, a quienes, al parecer, el Gobierno considera sus enemigos, según declaraciones de varios de sus miembros, porque saca los dólares de la economía ecuatoriana y pone en rojo la balanza comercial.
Los «paquetazos económicos» han sido tradición en los anteriores gobiernos, pero en los inicuos tiempos de la “revolución ciudadana”, se los llama, eufemísticamente, “ajustes económicos”. Imponer una nueva tasa arancelaria a las importaciones promete un largo y ardiente conflicto. Los negocios ya no pueden soportar más impuestos. La tasa de control de la aduana es un arancel camuflado. Es una #PaqueTasa, es ilegal, innecesaria y arbitraria. Esta tasa intenta recaudar fondos para que la SENAE haga lo que tiene que hacer. Es como que los bomberos cobren una tasa por cada incendio que sofocan. La mejor manera para combatir la corrupción en las aduanas es bajar aranceles promedio y eliminar la discrecionalidad.