Descubren un planeta que no debería existir

HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)
HALLAZGO. Este estudio es la vanguardia de una nueva era, afirma un astrónomo. (Foto: Calar Alto)

EL PAÍS

Desde hace unos años, el instrumento Carmenes, montado en el telescopio de Calar Alto, en Almería, cartografía las estrellas más cercanas a la Tierra.

Se trata de enanas rojas mucho más tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas ha descubierto planetas terrestres donde puede haber agua líquida y por tanto, vida. La necesidad de incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser demasiado débil.

En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter, unas 150 veces la de la Tierra. Su interés no está en su potencial habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo cero. Lo sorprendente es que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería estar ahí.

Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa equivalente a varias veces la de la Tierra.

EL PAÍS

Desde hace unos años, el instrumento Carmenes, montado en el telescopio de Calar Alto, en Almería, cartografía las estrellas más cercanas a la Tierra.

Se trata de enanas rojas mucho más tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas ha descubierto planetas terrestres donde puede haber agua líquida y por tanto, vida. La necesidad de incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser demasiado débil.

En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter, unas 150 veces la de la Tierra. Su interés no está en su potencial habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo cero. Lo sorprendente es que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería estar ahí.

Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa equivalente a varias veces la de la Tierra.

EL PAÍS

Desde hace unos años, el instrumento Carmenes, montado en el telescopio de Calar Alto, en Almería, cartografía las estrellas más cercanas a la Tierra.

Se trata de enanas rojas mucho más tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas ha descubierto planetas terrestres donde puede haber agua líquida y por tanto, vida. La necesidad de incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser demasiado débil.

En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter, unas 150 veces la de la Tierra. Su interés no está en su potencial habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo cero. Lo sorprendente es que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería estar ahí.

Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa equivalente a varias veces la de la Tierra.

EL PAÍS

Desde hace unos años, el instrumento Carmenes, montado en el telescopio de Calar Alto, en Almería, cartografía las estrellas más cercanas a la Tierra.

Se trata de enanas rojas mucho más tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas ha descubierto planetas terrestres donde puede haber agua líquida y por tanto, vida. La necesidad de incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser demasiado débil.

En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter, unas 150 veces la de la Tierra. Su interés no está en su potencial habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo cero. Lo sorprendente es que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería estar ahí.

Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa equivalente a varias veces la de la Tierra.