Madre entera II

Patricio Durán

La primera parte de este artículo –que analiza la letra de la canción “Hijo de ramera”, del cantante español Manolo Galván, que evidentemente está en contra del aborto- ha recibido muchos comentarios en redes sociales: unos de manera favorable, otros lo critican cáusticamente, incluso el ataque llega a lo personal, y de personas que consideraba amigas.

Me han acusado de misógino, de machista, que la canción pertenece al “sistema patriarcal”, que la madre-adolescente “desconocía sus derechos, que ni la religión ni la política deberían meterse a decidir sobre su cuerpo” y muchos otros argumentos a favor de la despenalización del aborto y arremetiendo contra el mensaje de la canción “Hijo de ramera”. Yo les he manifestado que el mensaje sublima y enaltece el amor abnegado de una madre a pesar de las atrocidades que le tocó vivir; que la verdadera pretensión de la ideología del aborto por violación, no es respetar un derecho de la mujer a elegir, sino imponer como única opción “razonable” la de abortar.

Hay que tener en cuenta que la decisión de abortar en caso de violación debe ser tomada rápidamente después del abuso. En consecuencia, nunca podrá constatarse judicialmente que se ha cometido la violación puesto que el proceso penal demorará mucho más que el embarazo. Por ello, admitir el aborto por violación es una forma de abrir la puerta a cualquier aborto previa declaración de la madre de que ha sido violada. En este caso, la Asamblea Nacional fue consecuente con el sentir de la mayoría de ecuatorianos.

Cuando ese hijo –fruto de una violación- sea un niño o un adolescente tendrá motivos para querer doblemente a su madre. Podrá decir, como el hijo de la canción de Galván: “Sí madre: voy a la escuela y si a Pedro se le ocurre le escupiré en la cara. Madre muchas gracias por ser una madre entera”.