Transformar en positivo la imagen del país

El Ejecutivo y el Legislativo, en la difícil coyuntura económica y social de Ecuador, deberían concertar sus acciones para que la crisis no se profundice y termine en incontrolable. Las consecuencias de la irresponsabilidad política y el populismo en todos los órdenes la tienen estas dos funciones del Estado, que con sus desencuentros han construido este escenario de incertidumbre e inestabilidad.

Los hechos de Carchi demuestran la rapidez con que se pierde la confianza y las dificultades que supone recuperarla. Los negocios buscan estabilidad política y demandan seguridad jurídica, pero el resto de la sociedad las necesita para desenvolver sus actividades en paz, seguridad y justicia. Urge despejar el horizonte plagado de incógnitas que desalienta y desesperanza a la mayoría de ecuatorianos.

Comienza a posicionarse en muchos compatriotas el sentimiento de una pérdida de control de las autoridades en las cárceles, en las fronteras y en determinados sectores del país. Abundan cosas tan disparatadas y desconcertantes como que haya funcionarios que no quieran dialogar con aquellos que el pueblo, con su voto, puso al frente de sus comunidades, bien sean grandes o pequeñas.

La transparencia y el buen gobierno que ella supone, no son un terreno privativo de una clase social o un determinado sector económico. El Gobierno debe ser capaz de implantar reformas estructurales que permitan entrar en un ciclo de crecimiento. Se clama por inversores, empresarios y ahorradores que trabajen mancomunadamente para transformar en positivo la actual imagen de un país democrática y políticamente deficitario.

«Uno está tan expuesto a la crítica como a la gripe”.

Friedrich Dürrenmatt
Escritor suizo (1921-1990)

«La mejor crítica es la que no responde a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio”.

Fernando Sánchez Dragó
Escritor español (1936)