Ambato en tiempo y espacio

Rocío Silva

La vida cotidiana con el transcurrir del tiempo y los diversos modos de producción, ha cambiado las dinámicas de Ambato como ciudad, la recopilación de esas variantes pueden generar con tintes propios su historia urbana, que bien podría definirse como el conocimiento y la explicación de las distintas formas en que se han producido, reproducido y transformado la organización y reorganización de los asentamientos humanos en los espacios políticos, sociales y por ende culturales de Ambato a lo largo del tiempo.

El espacio físico, llamado espacio político o territorio parecería que fuera un simple telón de fondo de sus prácticas y cotidianidades, como por ejemplo la plaza al aire libre donde se comercializaba papas, el perímetro del parque por donde caminaban en grupo las muchachas al salir del colegio, las esquinas sitiadas por jorgas de muchachos, las ferias pequeñas en los alrededores del sector industrial textilero en los días en que los obreros cobraban sus salarios, y muchas tantas otras prácticas que fueron configurando la identidad de Ambato como ciudad que renacía de un terremoto como hecho histórico.

Para muchas personas lo que prevalece es el hecho histórico: como si los procesos históricos ocurrieran sin más en el tiempo y están desarraigados del espacio, de su componente territorial. El espacio no es solo el cortinaje de fondo de los acontecimientos de la historia, sino que es su componente central, más aún en la actualidad, en él se concentran los problemas ya sean por disputa, control y producción. Sin más ni más y entramos en el escabroso tema de los vendedores informales, cuya presencia sería formalizada con una ordenanza salida del Concejo Municipal sobre el uso del espacio público.

La ordenación del territorio comprende todas las actividades relacionadas con el desarrollo y uso del suelo, va más allá de decisiones clientelares; debería incidir y operar para todos los estratos sociales y en varios niveles espaciales interrelacionados de entorno –residencial, comercial, productivo, vial, de movilización, de esparcimiento; sin olvidar en ningún momento el interés del bien común, pero con la máxima de los derechos del individuo.