El rostro de los delincuentes

Hever Sánchez M.

En materia jurídica, uno de los retrocesos que más daño ha causado al país es aquello de no poder mostrar el rostro a los delincuentes. Primeramente habrá que clasificar en dos clases a los delincuentes de este país: los primeros, aquellos que sí muestran su rostro, lo hacen en los programas de televisión, lo hacen desde sus conferencias y otros tantos los hacen desde las entidades públicas como Asamblea Nacional, (en este caso para salvaguardar los bienes que lograron hacer otros delincuentes a través del atraco). Estos son los delincuentes a quienes la ley no les llega, para ellos la legislación está dedicada a los otros delincuentes, a aquellos que por ahora no se les puede mostrar sus rostros, está dedicada a los delincuentes de a pie. Porque entre delincuentes, también hay clases sociales, castas, y élites.

Los primeros, cuando se ven acosados y ven que no pueden comprar su libertad dentro del país, entonces, salen por la puerta grande y se declaran perseguidos políticos, llevando una vida de excesos y de lujo mientras dura su “exilio”. En ese tiempo sus poderosos abogados compran jueces, fiscales y demás, para que puedan regresar, igual por la puerta grande, y entonces vienen a dictar conferencias, a victimizarse; son invitados a los principales canales de televisión, a la radio o a las universidades a hablar de cómo salvar el país.

Por ahora la nación entera está a la espera de que se emitan las reformas a la ley en el R. O., para poder por fin mostrar los rostros a los delincuentes de a pie (muy necesario, por cierto), de alguna manera todo el país era cómplice de la delincuencia al esconder su rostro y su identidad. Ojalá la ley se acuerde de los otros delincuentes y les obligue ya no solo a mostrar sus rostros sino también sus pertenencias mal habidas. (O)

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