Los ineficientes quieren ser eficientes

Pablo Fabián Ortiz Muñoz

El 13 de septiembre de 2019, mientras observaba el noticiero de Gamavisión, edición de las 19:00, escuché una noticia que me sorprendió y debería ser nómina al programa de Ripley como para romper récord.

La Asamblea Nacional pide un aumento a su presupuesto módico, que simplemente sirva para modernizar todo su sistema tecnológico. Las computadoras ya tienen 10 años, las impresoras 14 años, el sistema de votación no saben cuánto, pero ya es obsoleto y no funciona a la perfección, lo que retrasa las actividades y la eficiencia de la Asamblea. Lo cual retrasa las actividades y la gestión de los honorables y las honorables. La duda me invade sobre esta concepción, habría que preguntarnos, ¿cuándo han sido eficientes en su trabajo?

Tan buenos son estos angelitos que a sabiendas de lo complicada que se encuentra la economía del país, apenas piden un aumento insignificante a su presupuesto, por la razón antes citada. Además como un acto noble y digno de todos unos buenos patriotas, piden que de tanto edificio que se encuentra disfuncional se les provea de uno estos para acomodar a todos estos nobles caballeros y preclaras damas y así puedan cumplir a cabalidad su trabajo, todo por el bien de la economía y el bienestar del país.

Sin duda alguna estas nobles decisiones son las que nos hacen creer cada día más en esta insigne institución y en tan dignos y plausibles caballeros y damas. Como para aplaudir tan loable actitud que, sin lugar a dudas, servirá de ejemplo para el resto de instituciones del país.

Ya lo convencieron dirán gran parte de los lectores, es que no es para menos, si solo se los observa atentamente con que humildad y sencillez estos señores y señoras se dirigen y los reporteros, cualquier incauto cae en la trama y lo convencen. Con decir que hasta ganas de ponerles una vela da, todo en agradecimiento por ese noble esfuerzo que están haciendo por el país.

Por eso, bienvenida sea una consulta popular para crear un cuerpo bicameral y poder pedirles cuentas a estos señores y señoras que se creen intocables. (O)

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