Ciudad

Eduardo F. Naranjo C.

Finalmente, en una alocución radial, no cargada de venganza, dos prestigiosos arquitectos dieron a conocer su visión de futuro para la capital de los ecuatorianos, la centenaria ciudad de Quito, hoy por hoy convertida en un gran monstro desparramado sobre al menos 500 kilómetros cuadrados y desarticulada de conexiones.

Handel Guayasamin, enfocó conceptos realistas sobre los problemas que afronta la ciudad y sugirió varias soluciones, su posición dejó en claro la importancia de tomar en cuenta los derechos de todos los ciudadanos de cualquier estamento socioeconómico, como tema fundamental para dar respuestas adecuadas a una sociedad desbordada por el espacio y la falta de conectividad.

Fernando Carrión, explicó el proyecto del corredor central de la ciudad, previsto con el fin de dinamizar y organizarla, a través de un eje de una longitud de al menos 50 kilómetros que implicaría un crecimiento vertical, para dinamizar la economía y la optimización del espacio público. Guayasamín considera que la ciudad está dispersa en sus valles y colinas y se debe buscar la integración.

La tendencia de futuro es la urbanización versus lo rural, Guayasamín sostiene que el 80 por ciento de la población ecuatoriana es urbana. Sugiere también que cada parada del metro tenga personalidad, con arte descriptiva, como otras grandes metrópolis del mundo, lo que a su vez aportaría al turismo y perpetuaría la historia ancestral de nuestros valores.

En concreto son visones prácticas y válidas que el gobierno municipal debe apropiarse para producir los cambios urgentes que requiere la ciudad, para resolver los problemas de movilidad e integración que cotidianamente afectan la economía y a los ciudadanos que la viven en el día a día y a nuestra gran capital, como conglomerado humano.

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