Unidos por quilanga

Diego Lara León

Hablar de Quilanga es hablar de una tierra de gente buena, trabajadora, apegada a sus costumbres, a su fe y orgullosa de sus raíces. Tengo el privilegio de conocer su cabecera cantonal y las lindas parroquias de Fundochamba y San Antonio de las Aradas, lugares que recorrí de niño y tuve el privilegio de apoyar desde mi actividad profesional. Siempre ha sido un privilegio degustar de una buena taza de café de este lugar, muchas veces considerado el mejor del Ecuador.

Hoy Quilanga vive un capítulo triste en su historia. Un grave incendio forestal está devastando cientos de hectáreas de su territorio. Hace un par de días acudí a Quilanga y lo que vi me llenó de tristeza.

Los lojanos somos solidarios, es hora de extender la mano a nuestros hermanos.

La historia nos enseña que luego de los desastres vienen tiempos buenos, que del espíritu luchador de nuestra gente sale una energía que nos proyecta a mejorar.

Tenemos que compartir con ellos lo que tenemos, como decía un buen amigo, “es hora de dar lo que nos falta”. Hagámoslo de forma ordenada, articulando con los organismos especializados, una donación mal planificada o mal canalizada no cumple su efecto.

Luego de desastre viene la tarea más dura, pero la más necesaria, el dotarles de vivienda, de herramientas de trabajo, de esperanza, tenemos que poner a prueba nuestra solidaridad.

Un campesino vive de su tierra, de sus animales, de su agua. Ellos son un ejemplo de emprendimiento, es ahí donde hay que direccionar nuestro apoyo luego del incendio que confío sea aplacado pronto.

Vamos todos a ayudar. Vamos a abrazar a nuestros hermanos. ¡Que viva Quilanga! (O)

@dflara