¿Paz en peligro?

Santiago Pérez Samaniego

Iván Márquez, exjefe del equipo negociador de las FARC en los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla más antigua y poderosa del continente, sorprendió al mundo con el anuncio, por medio de un video, sobre la decisión de retomar la lucha armada en Colombia, acompañado de otros conocidos guerrilleros de las FARC como Jesús Santrich, acusado de, presuntamente, participar en una operación de narcotráfico cuando ya se encontraban firmados los acuerdos de paz, o Hernán Darío Velásquez alias ‘El paisa’ uno de los guerrilleros más sanguinarios y peligrosos de la organización o Henry Castellanos alias ‘Romaña’, otro personaje nefasto que regresa a las armas en una nueva fase del conflicto colombiano que, a pesar de los acuerdos de paz de noviembre de 2016, parece todavía no terminar.

Los principales motivos, según Márquez, Santrich y otros guerrilleros que regresan a las armas, están relacionados con temas de garantías jurídicas, seguridad o lentitud en la implementación del acuerdo por parte del Estado, además de acusar al presidente Duque y a la derecha colombiana de promover un discurso antiacuerdo de paz, antijusticia especial para la paz. Según la Fundación Paz y Reconciliación, actualmente las disidencias de las FARC están divididas en 25 grupos, en 85 municipios y están compuestos por alrededor de 1.800 guerrilleros. Las nuevas FARC buscan la unificación de estas disidencias y una alianza con la última guerrilla activa en Colombia: el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

La noticia de la retoma de armas por parte de las FARC que sembró el terror durante más de 50 años en el vecino del norte, es preocupante a nivel regional, por el posible regreso de la guerra, la extorsión, el narcotráfico o el terrorismo. Aunque este anuncio es indiscutiblemente un fuerte golpe al proceso de paz, existen datos esperanzadores cuando hablamos de los 12 mil desmovilizados, más del 90% de los excombatientes que decidieron seguir apostando por la paz, cumpliendo con los acuerdos, reintegrándose a la sociedad y sobre todo viviendo en paz.

La construcción de paz requiere de esfuerzos colectivos, interinstitucionales (locales, nacionales e internacionales) y de una sociedad civil, que se atreva a enfrentar sus propios problemas y fantasmas. (O)

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