La politécnica

El 27 de agosto de 1869, la Convención Nacional del Ecuador decretó la creación de este centro de educación superior caracterizado por su excelencia e importancia, tanto por la calidad de los profesionales y técnicos que se han formado en sus aulas como por los aportes brindados al progreso nacional.

Gabriel García Moreno fue el artífice de esta obra magna que, luego de su fundación en la fecha anotada, abrió sus puertas tan solo el 3 de octubre del año siguiente, porque sus primeros profesores jesuitas llegaron de Europa en agosto de 1870, después de haber permanecido en París, dedicados a la compra de libros, laboratorios y más elementos pedagógicos que trajeron a Quito, en viaje lleno de peripecias, si se analiza las condiciones propias de movilización en la época.

Los pioneros: tres personajes que dejaron impronta de gran trascendencia para el país, los alemanes Juan Bautista Menten y Teodoro Wolf, junto al italiano Luis Sodiro.

Muy calificada la planta docente de la Politécnica Nacional en sus comienzos: Eduardo Faller, de la francesa Alsacia; el español, Ricardo Cappa y Manescau o los alemanes Luis Dressel, José Kolberg, Emiliano Mulendorf, Cristain Boetzkes, Amadeo Weenzel, José Epping, Alberto Claesen, Eduardo Brugier, Luis Heis, todos dignos de una semblanza y hasta de la biografía.

Actualmente, esta institución está dirigida por una dama inteligente y de máxima preparación, la primera mujer que se desempeña, con sobra de méritos, en el sitial alto y honroso de Rectora: la Dra. Florinella Muñoz Bisesti, con un Ph.D. alcanzado en Alemania y amplia experiencia pedagógica, ejecutiva incansable, además de reconocidas labores de investigadora y autora de libros y trabajos científicos indexados. Loor a la Politécnica en su primer sesquicentenario.

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