¿Carrera sin Futuro?

Mario José Cobo

Hace unas semanas compartí un café con una buena amiga. Era un café de despedida, algo casual, de media tarde. Judith marcha a Francia, se va a hacer sus estudios de postgrado en políticas públicas. Contenta me esperaba sentada en el Café Comercial, frente a la concurrida estación de metro Bilbao en Madrid.

Sentados ya y con un café sobrevalorado, ella me contaba que no estaba satisfecha con el estado actual de las cosas. Ferviente defensora de la política medioambiental y activista por el reconocimiento de la crisis climática, Judith se quejaba de la casi insoportable realidad en la que nos vemos inmiscuidos. Resaltaba de manera nihilista que, aún con tanta campaña de reciclaje y acción individual frente a la contaminación y desecho, no se estaba alcanzando ningún objetivo concreto… que la responsabilidad escapaba ya de la individualidad, y era meramente responsabilidad de los Estados y las grandes corporaciones de tener un cambio instantáneo y efectivo.

“…aún sin yo consumir nada de plástico, tome duchas instantáneas, ahorre energía y disminuya al mínimo mis desechos, es imposible parar esto… se nos ha ido de las manos…”. Bosques que se prenden fuego en Eurasia, África, Norteamérica, y el Amazonas; inundaciones en el Sudeste Asiático; la sequía y falta de agua en el continente Indio; las muertes por el calor, el deshielo y las miles de especies que se extinguen a velocidades luz… son el comienzo de este cataclismo.

Y aun así, líderes de naciones poderosas se burlan de ello en su cara, y las corporaciones producen más… se saca petróleo con energía esquizofrénica y se tiran bombas con cinismo y desdén. Una generación ciega y dormida… sin saberlo, los que tenemos veintitantos tendremos carreras profesionales muy cortas… trabajaremos sí, durante un tiempo, pero cuándo la situación alcance niveles críticos tendremos que dejar de vivir, para poder sobrevivir.

Judith termina diciéndome: “Yo ya no sé si seguir estudiando, o directamente prepararme para el Armagedón climático”.

Yo concuerdo.