La bicameralidad

POR: Laura Benítez Cisneros

Nuestra nación, a través de la historia, ha ido encontrando los rasgos comunes que la unen, los procesos por los que ha tenido que pasar para constituirse como tal.

La historia nos permite conocer el pasado para entender el presente y proyectarnos al futuro. Actualmente la función Legislativa está dirigida por los asambleístas de las distintas bancadas y partidos políticos del país, pero en los últimos 40 años de vida republicana nuestra Patria ha ido cambiando de gobierno en gobierno por la falta de ecuanimidad en las decisiones tomadas.

Hoy en día la ciudadanía y el pueblo ecuatoriano quiere eliminar el Consejo de Participación Ciudadana, que fue aprobado en la última reforma a la Constitución del 2008, hace una década, y por la falta de coherencia y liderazgo por sus antiguos sucesores que demostraron prepotencia en sus actos, hay algunas opciones para querer reformar al CPC, propuesta por algunos políticos entendidos en la materia.

Según mi punto de vista, esta bicameralidad debe ser representada por mujeres y hombres talentosos y capaces de expedir y hacer buenas leyes, volviendo a retomar el Congreso que era el encargado de la función Legislativa, que sería compuesto por dos Cámaras: la de los Senadores y la de los Diputados, representados por cada provincia. El número sería de acuerdo a su población, como también pueden elegirse Senadores Funcionales, por la Educación, la Comunicación, Comercio, Agricultura y los Trabajadores.

De la Sierra, Costa, región Insular y el Oriente elegidos por votación directa, para que de esta manera todos los representantes electos velen por los intereses nacionales del país y por el buen funcionamiento del Estado ecuatoriano.

Es muy importante y fundamental que en la tarea en la cual los ecuatorianos nos proponemos realizar, apoyemos al marco jurídico en la reforma de la vida del Estado, trabajando honestamente y con transparencia.