Un hombre ‘resucita’ perfumes de la Antigüedad

DATO. Guy Erlich dice tener los secretos para elaborar las esencias de hace siglos.
DATO. Guy Erlich dice tener los secretos para elaborar las esencias de hace siglos.

Almog

AFP

En su granja cercana al mar Muerto, el israelí Guy Erlich alardea de haber recreado el perfume de Cleopatra, el ungüento de los reyes de Israel y el incienso usado en el Templo judío de Jerusalén.

Este agricultor de 48 años, apasionado por las plantas de la Antigüedad clásica, ‘devoró’ la literatura que encontró sobre el tema, y en 2008 empezó a cultivarlas en una colina cerca de la colonia judía de Almog, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel.

Soñaba con devolver el esplendor a una resina medicinal mencionada en la Biblia. Es el llamado ‘Bálsamo de Galaad’ o ‘Bálsamo de Judea’, y se extrae de un árbol originario de estas regiones desérticas, el ‘Commiphora gileadensis’. Guy Erlich afirma que el médico griego Galeno lo usaba para curar infecciones y heridas.

Para ayudarle a identificar las plantas que cultiva, el granjero contactó con Elaine Solowey, especialista de agricultura en el desierto y directora del instituto Arava, un centro de investigación israelí del medio ambiente.

“Las especies producidas por Erlich son probablemente las que se cultivaban en la región durante la Antigüedad, pero no estamos seguros de ello”, dice Solowey, quien asesoró al agricultor. “Muchas de las especies de plantas mencionadas en la Biblia desaparecieron y es esencial encontrar la forma” de hacerlas reaparecer, pero hace falta más dinero para investigar, concluye.

¿De Cleopatra?
Erlich asegura haber recreado la colonia que usaba Cleopatra. Recuerda que los egipcios eran los grandes perfumistas de la Antigüedad, y que los historiadores estiman que varias de las especies que él cultiva eran la base para la fabricación de fragancias en aquella época.

Guy Erlich vive en un kibutz laico, lo que no le impide intentar seducir a los judíos ortodoxos diciéndoles que ha recreado el incienso utilizado en la época de los dos templos judíos, destruidos, respectivamente, en 587 antes de Cristo y en 70.