Hay quienes desconocen que la espuma flex no se recicla con facilidad y que se degradada, dependiendo del tamaño y los componentes, en 500 años, por lo que el uso para la alimentación en los centros comerciales era algo que le ‘quitaba el sueño’ a Andrea Garzón, directora de la empresa ecológica Huella Verde.
Comenta que el hacer que dejen de lado este material, o lo reutilicen, sobre todo en los centros comerciales, no fue sencillo. Pero que poco a poco empiezan a darse cuenta que el cambio de uno se multiplica, generando mayor conciencia ciudadana.
“Tenemos mucha satisfacción, es muy bueno ver cómo la gente empieza a creer en la propuesta de cuidar nuestro planeta. Esto no se trata de un negocio para uno, sino para todos; así conservamos nuestros recursos”, menciona.
Agrega que como Huella Verde, que se dedica a generar beneficios sociales y ambientales, aspiran a ser una propuesta que haga eco, no solo en los ‘malls’ de la zona, sino del país e internacionalmente.
Con Huella Verde -dice- más adelante se implementará alguna iniciativa que permita que los clientes se lleven la comida en envases biodegradables y ya no en desechables.
Menciona que hay que concienciar, pues en Ecuador, al igual que en otros países de América Latina, el uso de vajilla plástica desechable está en aumento y es masivo. Estos platos, cubiertos y vasos generan grandes cantidades de basura, lo cual lleva a consecuencias negativas ambientales y sociales.
Como dato, concluye que la vajilla se puede reutilizar alrededor de 2 mil 500 veces.