Leyenda de la verdadera ayahuasca

Cuenta la historia que desde hace muchos años atrás las comunidades indígenas han permanecido en guerras por mantener su identidad, su territorio, sus mujeres, su cultura, sus costumbres, sus tradiciones… Pero en un tiempo no muy lejano hubo un día en el que surgieron nuevas enfermedades que amenazaban con la desaparición de los indígenas de la Amazonía y los shamanes, (iachak, yagchas, médicos de la selva) no pudieron hacer nada.


Pero el shamán Rayo (palabra traducida) ya enseñaba sus conocimientos a uno de sus hijos escogidos desde muy niño por el lapso de 14 años. Aprendía las bondades de la naturaleza para realizar el bien y combatir el mal. Fue en esa época que Rayo y su hijo lucharon cada día contra las nuevas patologías, para esto ayunaban o comían poco pero sin sal, sin ají y poca chicha de yuca y maduro y le pedían al dios Sol que les ilumine y les de el conocimiento, la sabiduría y a la diosa Luna que les cure de sus heridas y les cuide durante las noches de su existencia.


Pasaba el tiempo y no podían hacer nada contra los nuevos padecimientos, así que el shamán Rayo, una persona humilde de gran corazón, decidió sacrificar su vida. Conversó a solas con sus dioses, pidiendo la sanación de su pueblo y los dioses le dieron como respuesta que utilice mucha energía, concentración y en la noche se transforme en una liana (planta sagrada) y se confunda en el bosque y, así, mediante esta liana puedan adquirir la sabiduría, el conocimiento y curar todas las enfermedades que se ocasionen en la selva.


El shamán Rayo transmitió sus conocimientos y sabiduría al hijo escogido llamado Águila, a quien le contó que cuando aparezca la diosa Luna, en su total plenitud, él se transformará en una liana en plena selva junto a un árbol macho frondoso de canela. Y así Águila y sus hijos varones tendrán la responsabilidad de guardar el secreto y curar patologías de generación tras generación.


Esa liana, la planta sagrada, es la ayahuasca


(Tomado de: www.hayawaska.com)