Un primer fracaso

Rocío Silva de Castillo

El correísmo clamaba a grito destemplado que la “larga noche neoliberal”, entre otros males, había provocado las más desastrosa y terrible de las formas de inequidad humana con su sistema carcelario. Entonces el Correato en su condición única de salvador y redentor fraguó todo un armazón, que aseguraba poner fin a tan oprobioso sistema.

La mega propuesta de reinvindación técnica del sistema carcelario, empezó por un cambio de nombres, ya no serían más “cárceles, presos, menores”, se denominarían de ahora en adelante: centros de rehabilitación social (CRS), personas privadas de la libertad (PPL) y adolescentes infractores (AI). Todo sería financiado con el tiempo de vacas gordas del aumento de precio del petróleo, para que el hacinamiento, la alimentación deficiente, las construcciones vetustas, pasen a ser parte de un mal recuerdo de la extrema derecha.

Así que rapidito se creó el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos; donde se generó la Unidad Emergente de Construcciones de Centros de Rehabilitación – con rango de viceministerio-; y en concordancia con el maquillaje propio del correismo para confundir sus aberrantes intenciones políticas; se contrataron técnicos conceptuales, arquitectos, antropólogos, sociólogos, economistas, ingenieros civiles, pedagogos, planificadores, abogados; con tal valioso aporte interdisciplinar, cada zona territorial donde se cree un CRS, se convertiría en un polo de desarrollo con dinámicas económicas positivas, que garanticen una mejora en el nivel de vida de los vecinos al centro, y por sobre todo promuevan a la rehabilitación integral de los PPL.

Diez años después, ahí están las nuevas construcciones colosales; que para el efecto, han quintuplicado todas esas forma de inequidad humana, y se van convirtiendo en la más peligrosa olla de presión a fuego alto, pues aumenta el número de PPL, los recursos económicos cada vez son menores, sin guías y personal calificado El soñado sistema de protección, sanción y rehabilitación se objetiv.ó en calabozos gigantescos de los cuales no habla el Gobierno, pero por videos clandestinos se conoce que se hacina, extorsiona, castiga y muere, quien no puede pagar protección; en definitiva fracasó otro intento de la cacareada década ganada.

[email protected]