Andrés Pachano
Casi al unísono escuchamos dos sorprendentes anuncios, cuasi estrambóticos, extravagantes.
“El tren playero” unirá tres provincias de la Costa es el anuncio realizado por el Presidente de la República, en la sesión solemne del Municipio de Guayaquil, conmemorativa de un nuevo aniversario de su independencia; este tren partiría de Daule hasta el futuro Puerto de Posorja en un tramo de 90 km. y desde ahí a Manta, recorriendo el perfil de la costa de las provincias de Guayas, Santa Elena y Manabí en algo más de 300 km. Estrambótico el proyecto que demandaría –según el anuncio- ¡mil millones! de dólares, en momentos en que el gobierno –por causa del dispendio del anterior- se endeuda hasta para pagar los sueldos de la burocracia nacional. Que se prevé la modalidad de concesión también se dijo.
Al respecto, creo que la primera etapa sería atractiva para el inversor privado, porque ser talvez más rentable, toda vez que movería los contenedores de carga desde el puerto de Posorja a Daule y viceversa (se piensa acaso en una zona franca, o de carga y descarga en Daule); la otra etapa, la de “La Playa” atractiva, bonita, turística, un anuncio para contentar, para los aplausos.
“Ecuador y Colombia en plan de ir a la luna” reza otro estrambótico anuncio. Se informa de la suscripción de un convenio entre la “Agencia Espacial Civil Ecuatoriana” (la misma del satélite Pegaso que convirtió las instalaciones del ECU 911 en una peregrina imitación del centro de control de vuelo espacial de la NASA, entre abrazos y puños en alto de Correa y Nader) y la “Agencia Espacial de Colombia”, con la empresa privada “…Astrobotic, para iniciar …una campaña de exploración al satélite…” (así dice la prensa). Que se lanzará en conjunto un satélite orbital lunar, para luego otros con “…futuras cargas útiles de exploración de la superficie lunar…”. La noticia recogida por la prensa nacional desde “elespecatador.com” de Colombia cuenta que la señora Pilar Zamora fundadora de la Agencia Espacial Colombiana ha dicho también que “…llevaremos con orgullo las banderas ecuatorianas y colombianas a la Luna…”.
Después de todo “…soñar no cuesta nada…”.
¡En la luna…! mismo andamos.