El cabecilla y sus secuaces están fuera

La Fiscalía puso nombres y apellidos a los posibles involucrados en el esquema de sobornos y corrupción a favor de quienes pretendieron imponer en Ecuador el esquema político de “un partido único”. Y apuntó directamente a su cabecilla, al “jefe de la banda”. Tocará a los jueces analizar las pruebas, los elementos de convicción, los testimonios y alegatos que sustenta la acusación, y hacer justicia.

Por años los medios de comunicación pusieron delante de la opinión pública investigaciones sobre casos de corrupción, que comportaban flagrantes violaciones a la Constitución y las leyes. Ante ellas el sistema judicial, con lentitud pasmosa o mirando para otro lado, era un “invitado de piedra”. Llevar a esa pandilla a los tribunales, parecía algo vergonzosamente incierto.

La Fiscalía ha puesto sobre la mesa, además de la estructura de la trama de corrupción, el modo de operar mediante una “alianza público-privada” delincuencial. Una “década ganada” por la impunidad y la represión a quienes osaran develarla, aunque solo fuera parcialmente. Ahora el Ministerio Público abre las puertas a un desenmascaramiento integral, si es que acaso eso es lo que se busca.

Desgraciadamente el cabecilla y sus más cercanos secuaces están fuera del país. Se sabe que se reparten, porque se ha hecho público, entre Bélgica, Estados Unidos, España, México, Venezuela y Bolivia. Con el sistema judicial que ellos construyeron se creían seguros e intocables. El barco se está hundiendo, por lo que se ve, y huyen tal como hacen las ratas en estos casos. ¿Hasta cuándo?


En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres”. Suetonio Escritor latino (70-126)

Nadie puede aterrorizar a toda una nación, a menos que todos nosotros seamos sus cómplices”. Edward R. Murrow Periodista norteamericano (1908-1965)