Hagamos un alto…

Alfonso Espín Mosquera

Hay ocasiones en que el acontecer político abruma, que los mandatarios, los economistas y aun los opinadores, los que se las dan de “sabios”, nos cansan, a tal punto que es mejor mirar hacia otro lado, tratando de encontrar algún asidero que nos consuele la vida y sostenga la esperanza en el país. Quizá en el deporte, en el arte, las letras; pero, hoy por hoy, tampoco hay como estar muy “elevados”, en palabras de los antiguos, porque mientras nosotros atendemos a una de estos válidos intangibles, la delincuencia que no solamente está en las esferas políticas, sino en las calles, haciendo agosto con los bienes ajenos y a veces con la vida, puede tomarnos a cargo.

Sin embargo, la cultura merece un sitial importante en nuestro quehacer y en el de la sociedad toda, de lo contrario con qué vamos a construir nuestras existencias fundamentales, nuestros intangibles provechosos, más allá de los sensitivo. Si un pueblo no piensa en lo sensible, no lee, seguro no pasará de comer, ir al baño, ver TV, escuchar reggaeton y chismear en redes sociales, lo que no nos garantiza nada y lo que es peor nos conduce a la aberrante idea de existir como entes sin sentido y cuando esto ocurre, lo maquiavélico es un ejercicio diario, y hasta elegir a los gobernantes, se convierte en una circunstancia perniciosa con votantes de esta categoría.

A pesar de todo, habrá que seguir insistiendo en lo importante y hoy vale la pena mirar hacia el canto coral, pues en esta semana se va a llevar a cabo el festival internacional de coros ”voces desde la mitad del mundo”. Las iglesias quiteñas y de otras ciudades del país, podrán escuchar el repertorio de las más destacadas agrupaciones corales del mundo.

En días pasados Carapaz, Morejón, la Selección sub 20 y otros deportistas han levantado el nombre del país por todo lo alto y han sido reconocidos; esperemos que se preste atención también al mundo de la cultura, en el que tantos intérpretes, compositores, artistas, literatos, directores, músicos, cineastas, se esfuerzan día a día por una obra que lleva mucho tiempo de ensayos y estudio.

Ojalá las nuevas autoridades de las Cultura, las de Educación y la sociedad en general entienda que un país de dignidad y con posibilidades futuras, se logra atendiendo a la cultura y sus múltiples manifestaciones.

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