País estancado

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Si queremos que nuestro país se desarrolle, tenemos que iniciar sincerando los discursos. Dejar de engañarnos entre nosotros mismos, corregir atrocidades y dejar de ver al Estado como “la gallina de los huevos de oro” de la que abusan los politiqueros y al pueblo “soberano” como inmaduro, inculto y manipulable.

En lo turístico, por ejemplo, estamos en pañales. Los deficientes servicios en lugares que increíblemente viven del turismo, la viveza criolla hacia los turistas y la inseguridad, hacen que nuestro bello país sea poco visitado. Y si no corregimos falencias, tendremos que conformarnos con el turismo nacional, cuyos feriados afectan la productividad nacional y depende del limitado poder de compra de nuestros compatriotas.

No veo a alcaldes estableciendo verdaderas agendas públicas para cambiar tal estancamiento. Hay monumentos en otros países, que reciben 20 veces más turistas que nuestro Ecuador entero. En regímenes anteriores nos engañaron, asegurando que invirtiendo en certámenes de belleza planetarios o en costosas cuñas publicitarias en eventos con records taquilleros, íbamos a duplicar la afluencia de turistas a nuestra bella patria. Fueron gastos miopes para satisfacer egos personales, cuyos resultados son inexistentes.

En lo agropecuario, por citar a otro importante sector, al fin se designó un Ministro productor capacitado, que ha vivido las peripecias que tienen que padecer quienes producen la tierra y viven sometidos a las mafias que controlan las cadenas productivas, muchas de ellas financistas de gobiernos de turno, titánica tarea, que difícilmente podrá concluírsela en el corto tiempo que le resta al régimen. Aún no se reducen ni los altos intereses para producir, por ejemplo.

La implementación de una política de Estado pragmática en el más vital de los sectores, es impostergable. Los pequeños productores han fijado sus anhelos en este joven Ministro, situación que ya preocupa a los grupos que controlan la tradicional lamentable situación y ya piden su cabeza, inventando cualquier difamación en su contra.

¿Dejará el presidente Lenín Moreno las bases sentadas para que nuestra nación despegue? ¿Será esto posible ante tanta corrupción?

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