Cultura y ciencia

Eduardo F. Naranjo C.

La cultura en su amplio sentido abarca todo el conocimiento generado por la especie, dentro de este conjunto de datos, se halla el pensamiento científico, que partiendo de información certificada por la investigación avanza hacia lo desconocido.

La Casa de la Cultura hizo un aporte a este campo con la publicación del libro “Misceláneas”, del investigador ecuatoriano Cruz Márquez Baltán, esmeraldeño que dedicó su existencia a la ciencia de la vida, la biología, en el estudio de la tortuga gigante de Galápagos.

Esta obra contiene numerosas investigaciones del autor y otras en asociación con científicos internacionales que pasaron por el Parque Nacional y la Estación Charles Darwin, constituyéndose así en un valioso documento para los investigadores del planeta.

Acertado paso de la Dirección Editorial de la Casa, dirigida por Patricio Herrera y como bien lo dijo su presidente, Camilo Restrepo, durante la presentación del libro, “cultura también es la ciencia y por eso este aporte de la organización”.

Todo este acontecer nos ilumina en el camino más alto del conocimiento, que obviamente está dirigido por la filosofía como arma de cuestionar siempre los límites y plantearse hipótesis, que pueden permitirnos saltos o nuevos direccionamientos en nuestro incipiente conocimiento de la vida y del Universo.
La biología de los quelonios y su interacción con el medio ambiente es profusamente analizada en el libro, desde lo micro hasta lo macro. Se muestra cómo unas especies interactúan favorablemente o desfavorablemente.

Tal es el caso de los piqueros que se alimentan de las garrapatas de las tortugas, o como los chivos, especie introducida que afectó la población de tortugas, relación parecida a la de otras poblaciones donde unos trabajan y otros viven de ello.

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