Vale decir que Ecuador es primero

La adecuación de los medios a los fines o la coherencia entre lo que se dice y se hace, son muchas de las definiciones de ética que circulan. La lucha contra la corrupción justifica una censura moral y política, sostienen algunos politólogos. En estos enfoques, ¿dónde queda la actitud de ciertos sectores políticos, sociales y sindicales, por ejemplo, cuando miran hacia un lado de la realidad e ignoran otro?

Unos condenan el acuerdo con el FMI y los multilaterales de crédito y, en verdad, no les falta algo de razón según la historia latinoamericana sobre esas relaciones. Sin embargo, además de no dar vías para salir de la crisis económica que abruma al país, se hacen de la vista gorda en cuanto a las relaciones del gobierno anterior con el régimen y las empresas chinas.

Un atropello puede ser más benigno que otro, pero en esencia ambos son moralmente equivalentes. No parece que estemos capacitados para juzgar rectamente y con acierto qué es lo que le pasa al país, las raíces de las crisis, sus responsables y las vías de salida alcanzables. Carecemos de sindéresis en nuestra política doméstica. La tendencia de nuestros líderes a fijarse mediocres objetivos en el corto plazo es la norma.

Se necesita una agenda social y económica como política de Estado y regenerar la democracia. Una vez más, en el caso de las escandalosas y perjudiciales relaciones chinas, pero también en las que hoy están en marcha con el FMI y familiares, pensar en Ecuador primero a corto, mediano y largo plazos, pero haciendo que lo que se grita y exige sea coherente con lo que se hace. Aquí también vale decir que Ecuador es primero.


No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Aristóteles Filósofo griego (384 AC-322 AC)

Más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía”. Ángel Ganivet Escritor, ensayista y narrador español (1865-1898)