Números de los candidatos

La experiencia orientó siempre a los políticos y es irreemplazable, pero los trabajos científicos que escriben los profesionales, basados en información objetiva y cifras, son un complemento indispensable. Las ciencias exactas saben que la suma de dos más dos no siempre es cuatro. Los resultados de una elección dependen de la coherencia de acciones que se realizan a lo largo del tiempo, que terminan provocándolo.

La matemática política es más compleja. En nuestros esquemas de análisis usamos modelos de adhesión al candidato y los conceptos de implosión y explosión. No existen los indecisos. Una cosa es que una persona no vote por uno de los candidatos que se ofrecen en una boleta y otra que esté en un limbo en el que puede votar por cualquiera. Al mismo tiempo que en este momento no vota por ninguno de ellos, puede ser votante imposible para algunos, difícil para otros, posible de los de más allá.

Cualquier evento provoca efectos en la estructura de todos los candidatos y flujos de votantes entre ellos. Para calcular esto, usamos dos conceptos: implosión, la tendencia a fortalecer al candidato, y explosión, la tendencia a debilitarlo. En el primer caso, los imposibles se hacen difíciles, estos se vuelven posibles, algunos de estos se hacen blandos y hay quienes se endurecen. La explosión tiene el efecto inverso.

Un dirigente moderno debería conocer la evolución de su imagen asistido por profesionales. Es bueno hacerse chequeos periódicos, pero es mejor realizarlos con médicos y no con amigos con los que tomamos café. La imagen buena o mala no tiene que ver con la preparación, ni con la bonhomía de la persona. Entre quienes tienen las peores imágenes de nuestros países están personas inteligentes, impecables y cultas, que no son conocidas o fueron linchadas mediáticamente por alguna causa.

En los últimos años se incrementó el fastidio de la mayoría de la gente con la política tradicional y algunos ganan elecciones a pesar de su imagen negativa. Hillary Clinton y Donald Trump corrieron con cifras negativas que estaban cerca del 50%. En la última elección mexicana todos los políticos tenían más negativas que positivas, con la excepción de Andrés Manuel López Obrador, que tenía 48% negativas frente a un 50% positivas. El mundo cambió.

Finalmente hay un asunto de coherencia. Los eventos políticos afectan de manera positiva o negativa a todos los actores. Muchos cometen el error de dejarse llevar por la lectura inocente de los números de las encuestas. Las encuestas son solamente instrumentos para orientarse en una sociedad en cambio permanente.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino. (Fuente www.perfil.com).