País al revés

El país escenifica a la perfección una distopía. Una sociedad futurista alocada, irónica e indeseable a sí misma, donde al héroe deportivo, el ‘Iroman’ de la bici, Richard Carapaz, se lo envía a pedir apoyo a Colombia; y, al pirata cibernético, Julián Assange, se lo abriga gratis años. El colmo: hasta se lo nacionalizó sin pudor ni queja.

Se confunde a los delincuentes y saqueadores de fondos públicos con perseguidos; y, a la cleptomanía se promociona con el eslogan ‘revolución ciudadana’. Una juerga interminable del gran fraude ideológico expuesto en serie de campañas electorales y con el arte de pedir dinero anticipado. Ilegal a diestra y siniestra. En lo público y privado. Un montón de delitos cambiados en aporte voluntario.

Solo aquí se ganan elecciones con dinero ajeno y plata para reconstruir los daños de un terremoto de 2016. Solo aquí, en una calle llamada ‘Lucas Majano’ los ángeles son demonios, porque se ofrecen al binomio Moreno-Glas: la Fabril, Hidalgo & Hidalgo, que hasta puso al ministro de Obras Públicas; Ripconciv Construcciones Civiles, los gastos especiales del Servicio de Inteligencia, los Servicios de Seguridad Armiled y Cevipsa, según el portal Mil Hojas.

Con lenguaje cargado de eufemismos las mentiras se vuelven verdades y lanzan estribillos: es que ‘ya tenemos carreteras’. Ahí está el saqueo, malversación y pésima contratación de obras.

Solo aquí la muletilla del ‘somos más’ se usa para referirse al hampa organizada de granujas que dicen buscan ‘recuperar la patria’ en 2021.

Solo aquí el inversionista es fantasma; y, dueño del monopolio de prensa y televisión; y, los chinos arrasadores de selva, fuentes de agua y Amazonía son prestamistas no de Chaulafán sino de un “Arroz Verde”; y, las mafias petroleras y mineras hasta niegan preguntar al pueblo por lo que se llevan.

Solo aquí los Mera, Duarte, Alvarado, Pabón, Baroja, Glas y Correa son el coro celestial de la ignominia. La élite de fortunas mal habidas; pues Lenín en la Presidencia y el poder en los otros. Oscar Wilde mantenía que la malignidad hace más interesante la existencia, sobre todo, yo diría de un país al revés.
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@klebermantillac