Fui a la cárcel

Adolfo Coronel Illescas

No es que me llevaron a la fuerza o con la fuerza pública. No, ni más faltaba. Fui por cuenta propia a conocer cómo está interviniendo el Estado de Excepción en la cárcel de Loja, cuyo plan nacional prioriza la seguridad, el hacinamiento y la infraestructura, en razón de que el decreto 741 abre la posibilidad de mejorar la crítica situación carcelaria del país, que según entendidos “está podrida hasta la médula de los huesos”.

Quería saber cómo se afrontará el mal llamado sistema de rehabilitación social, que no cumple su objetivo. ¿Cómo se puede rehabilitar a una persona encerrándola en condiciones infrahumanas? Uno de los obstáculos que impide la rehabilitación es la corrupción, “mientras exista un sistema estatal corrupto, el delincuente preso no se reformará”. Y esta prioridad será un cuento si seguimos cegatones al solapamiento de la corrupción, que ha pintado de verde hasta el arroz. Pero, aparejada a la rehabilitación está el hacinamiento, que exige infraestructura urgente, aunque opinan que para frenar el acelerado crecimiento de la población carcelaria, debe encontrase un modelo que no privilegie la cárcel como única respuesta, sino opciones para los procesados y luego para quienes son condenados. Empero, si no aprovechamos la Excepción, la cárcel de Loja seguirá siendo una decepción.

Además, la intención era “dialogar” con algún PPL (persona privada de la libertad) o con un “pana” que esté tras las rejas por una pócima jurídica, para conocer qué opinan, qué dicen. Siempre la falta de contacto con el mundo exterior y la desvinculación familiar hacen que el propio preso tenga criterios y preguntas. Al respecto hay una experiencia. En Bolivia 1500 estudiantes de Derecho fueron a las cárceles para consultar a los prisioneros 84 preguntas sobre la calidad de vida y otros factores. Creo que es hora de darles voz a los privados de la libertad. Sería una luz para afrontar los problemas generados en los presidios.

Estas y otras inquietudes no recibieron respuesta. ¿Por qué? La Directora de la cárcel de Loja supo indicarnos que con gusto nos atenderá cuando termine el Estado de Excepción, el que iniciado el 17 de mayo concluye en 60 días. Una justificada razón para volver pronto a la cárcel. (O)