Falta una mesa

Fabián Cueva Jiménez

El anti diálogo autoritario, ofensor de la naturaleza del ser humano y contradictor a los procesos democráticos fueron las características del nefasto gobierno de Correa. La única opción que quedó en los creyentes de la libertad: hablar con voz firme y escribir con pluma crítica. Compromiso personal y profesional maduro, serio, lejos de habladurías.

Opiné entre otros artículos sobre ajustes curriculares anti técnicos, textos no validados, pedagogía de la violencia, desnutrición y aprendizaje; abandono de la educación técnica, proyectos de infraestructura fallidos y con sobreprecios; reformas inconsultas a la ley y reglamento; modelo de gestión ampuloso con burocracia obesa; falta de capacitación, pobres resultados de las pruebas para bachilleres, abultado encargo burocrático a los profesores, ausencia de temas de investigación y creatividad en el currículo; educación en valores y cierre de escuelas rurales, entre otros.

El Acuerdo Nacional por la Educación es interesante, además por lo dialógico, se actualiza lo publicado, van al debate en siete mesas: derechos humanos, educación técnica, cambio climático, valores, nueva escuela, interculturalidad, protección a menores de edad.

No aparece una estrategia para impedir el fracaso. Hay una red, un entramado burocrático peligroso, lleno de complicidades, creado en el anterior gobierno por el tiempo y el dinero, que no se lo puede desenredar. El correato está intacto, lo saben las actuales autoridades, existe temor y falta de voluntad para eliminarlos. Por eso creo, además, que estamos necesitando otra mesa, la de la anticorrupción.

No podemos pensar en un trabajo desperdiciado, peor fracasado. Es necesario movilizar a la opinión pública, sociedad civil y ciudadanos para exigir acciones respetuosas pero enérgicas.

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