Manco y 10 años cárcel

Kléber Mantilla Cisneros

Esa es la pena para Iván Espinel, ex colaborador del Régimen, ex presidenciable y familia de varios correístas radicales. Según el sistema penal heredado, la devolución completa de lo robado no empata porque se diseñó impunidad perfecta para corruptos. Pero, el reto: recuperar algo del asalto de fondos públicos y esperar conformes otros casos judiciales: Arroz Verde 502, lista de Odebrecht, Ina papers, el testaferrismo y lavadoras de dinero del entorno Jorge Glas Espinel, el asesinato Gabela y aviones Dhruv, secuestro a Fernando Balda o la desaparición policial del joven David Romo.

En transición, Lenín Moreno busca, más que justicia, estabilidad política y reactivar la economía. Aprieta fuerte los dientes y da largas a la reforma laboral y flexibilización contractual. Prefiere sus pintorescos amigos con una llanta en el lodo. Espera. Paciente calla ante la venezolización. Eso sí, pretende concesionar telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, electricidad, minas y petróleo, con contratos blindados para que el próximo gobierno no los cambie, según dice Bloomberg. Sin embargo, le falta des-correizar tres ejes clave: educación, salud y medio ambiente.

La educación que no sanciona aún a violadores de niños que se hicieron pasar por profesores. Revisar el fraude Yachay: un cíclope come resentidos del correato que merodea en Imbabura. Cambiar textos adoctrinadores en escuelas y colegios que recitan con tartamudeo a la revolución de ‘mentes lúcidas’ para el saqueo. Cambiar a esos rectores que entregaron becas falsas. A los que no cumplieron el artículo 92 de la ley de Contraloría que exige promedios de calificaciones pero sí fueron a China y Rusia gratis.

La salud del correato cubanizó salas de emergencia y hospitales. Se adueñó de la industria farmacéutica y enfermó con medicamentos caducados. A punta Paracetamol otro poco de ‘corazones ardientes’ se enriqueció. Y, en ecología, la explotación petrolera y minera colocó la marca suprema Made in China. Casi borró el Yasuní, páramos y fuentes de agua con plomo. Al final, esta comedia Niños Grandes solo se alegra con los 10 años de cárcel para un conde de uñas largas, que dijo se cortaba las manos cuando veía robar a alguien. ¡Qué chiste, más parece familia de mancos!

@klebermantillac