Nacionalidad

Gabriel U. García T.

Viajar por Loja es una experiencia única. Sus cantones están llenos de gente amable, generosa, dispuesta a la broma fina y al humor elegante. Cuando usted llega a una cabecera parroquial, con solo cruzar la plaza central, tendrá algún gracioso apodo. Son personas que, a pesar de las durísimas condiciones que implica vivir en una frontera lejana y abandonada, nunca perdieron la capacidad de reírse. Esto es síntoma de inteligencia.

La gastronomía es única. Muchos de sus platos provienen del ingenio y la necesidad. La arveja con guineo es la comida del campesinado en tiempo de verano. En efecto, cuando el sol azota y las aguas se alejan, solo quedan los granos secos, la pequeña huerta y algún animal para la leche y el quesillo. Son los tres ingredientes básicos de esta delicia. Igual pasa con el repe, el mote con chicharrón, el sango, la yuca o los camotes. Otros se van perdiendo. Como ejemplo, el pernil: una pierna de cerdo, prensada y salada, reposada sobre la alacena del fogón de leña. Se dejaba ahumar desde junio hasta diciembre, para servirse, en Navidad, adornado con pastel de harina de arveja.

Su cultura es diferente. En cada pueblo hay fiestas religiosas, acompañadas de música, danza y pirotecnia. Súmele a esto, querido lector, su léxico que, a criterio de Ricardo Ordóñez Chiriboga, tiene palabras del ladino, una lengua retorrománica usada por los judíos sefarditas. De allí vocablos como chucar, que significa atragantarse con algo, o chicote, aquel látigo con el cual fuimos favorecidos alguna vez. También tenemos orondo, orqueta, pachorra o pichir.

Son elementos de nuestra condición y carácter peculiar. Es decir, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, de una nacionalidad. En efecto, podemos decir, con orgullo, que somos una nación y tenemos una nacionalidad propia. El Estado ecuatoriano, dentro de su territorio, ha reconocido algunas, incluyendo la del pueblo montubio. Perfectamente podría reconocer la nacionalidad lojana.

A la par, debe concederle algunos privilegios para fortalecerla y mantenerla. Por ejemplo, un pacto fiscal. (O)

@gulpiano1