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J. C. Trujillo

Horas después de rendir el informe de labores del CPC transitorio, su presidente J.C. Trujillo, sufrió un desmayo y fue hospitalizado, se le diagnosticó un derrame cerebral, manteniéndose en estado crítico. Durante ese informe fue objeto de procaces improperios, por personas ligadas al régimen de Correa, a quien Trujillo ha señalado abiertamente, como responsable de la corrupción institucionalizada en esa década. JCT nació en Ibarra, marzo 25 de 1931. Hijo de un artesano agricultor y una comerciante, estudió en una escuela rural, continuando en La Salle. Entre sus maestros tuvo a Leonidas Proaño, quien lo vinculó a la Teología de la Liberación. Estudió Derecho en la U. Católica capitalina donde se doctoró en Jurisprudencia en 1958, iniciando su cátedra, luego como Decano impulso la reforma universitaria, que implantó el sistema de créditos y semestres, en 1971 fue designado Vicerrector.

Hizo política en el ala progresista del Partido Conservador, fue asambleísta constituyente y diputado. Trabajó junto a los sindicatos demócrata-cristianos y grupos sociales de la Sierra; perseguido por las dictaduras del 70 a causa de su lucha por la democracia fue confinado por algún tiempo a la selva amazónica. Fue electo legislador en 1978 y en 1982 presidió el Tribunal de Garantías Constitucionales, en 1997 se vinculó al movimiento Pachakutik, y fue el primer Defensor del Pueblo en el Ecuador. Miembro de la Comisión Andina de Juristas, ejerció el Derecho Constitucional y Social por más de 50 años, pero su campo fue el Derecho Laboral asesorando organizaciones sociales y sindicatos. Martha Troya su esposa y compañera de toda la vida siempre ha estado junto a él.

Presidió desde 2015 la Comisión Nacional Anticorrupción, que fue acusada judicialmente de calumnia por el excontralor Carlos Pólit, hoy prófugo. Por mandato de la Consulta Popular desde 2018 presidió el CPC–T iniciando la recuperación institucional del país. R. Borja destaca que JCT era frontal pero jamás recurrió a insultos y hasta hoy vive modestamente de su trabajo. En esta situación Correa pudo actuar noblemente, pero sus desconsideradas frases han mostrado su habitual bajeza y la de sus fanáticos. A la asambleísta Rivadeneira quien despectivamente lo trato de viejo, JCT respondió: “quisiera que ella llegue a mi edad y consiga que los ciudadanos le digan que es vieja, pero honrada”. Al beodo más brillante que ostentó la presidencia del Ecuador, le debe su conocido apodo de “gallo hervido”. Para nuestra tristeza, parece que este noble gallo está dando su última pelea.

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