Violencia de Género

ALEJANDRO FABARA TORRES

Decir que la violencia de género es un problema de mujeres es parte del problema. Los hombres debemos cuestionarnos el papel que tenemos en la prevención y lucha contra esta problemática que afecta a ambos géneros.

Excluir al hombre del tratamiento de estos temas es darle una excusa para no prestar atención. Otro problema es la palabra «género». Mucha gente oye esta palabra y piensa que significa «mujeres». Lo mismo sucede cuando escuchamos la palabra «orientación sexual» y pensamos en gay, lesbiana, bisexual. En cada caso, el grupo dominante no pone atención. Como si los heterosexuales no tuvieran una orientación sexual o como si los hombres no tuviéramos un género. El grupo dominante rara vez es desafiado a pensar en su dominio.

Por eso, debemos crear un nuevo enfoque para la prevención de la violencia de género. El enfoque del espectador es un gran cambio de temática. En vez de ver a los hombres como perpetradores y a las mujeres como víctimas, o viceversa. Debemos centrarnos en una visión más amplia. Un espectador es una persona que no es agresor ni victima en una situación determinada, pero que está incrustado en las relaciones sociales, familiares, laborares con otros semejantes que podrían estar en una situación de violencia.

El objetivo es que los hombres que nos son abusivos desafíen a los que sí lo son. Y cuando digo abusivos, no me refiero a los que pegan a las mujeres. Estamos tratando de hombres que se interrumpan mutuamente a lo largo del continuo proceso de degradación de la mujer.

Por ejemplo, si están en un grupo de amigos y alguien dice algo sexista o de acoso a las mujeres, en lugar de reír y fingir que no ha pasado nada, necesitamos hombres que digan: «Eso no es gracioso, podría ser mi hermana o la tuya de quien estás hablando. ¿Por qué no bromeas sobre otra cosa?». Si conseguimos que los hombres que actúan de manera sexista pierdan su estatus, vamos a ver una considerable disminución de la violencia hacia mujeres. Hay que romper ese silencio cómplice y necesitamos más hombres para hacerlo.