Primero de Mayo

Talía Guerrero Aguirre

Fecha en que celebramos el Día del Trabajo para unos, del trabajador para otros, y para todos un día especial para recordar, que los primeros núcleos de clase obrera aparecen en Ecuador a fines del siglo XIX e inicios del XX, y que por su precaria situación, similar a la de otros países capitalistas, comienzan las luchas por mejorar salarios, reducir jornadas y conquistar derechos laborales mínimos para los trabajadores; momento para mirar más allá y dentro de la frontera de la Patria y rendir un homenaje a todos aquellos que, en distintas latitudes, cayeron luchando por hacer más digna la vida del hombre y conquistar la auténtica libertad.

Conscientes de que “un trabajador no es sólo un trabajador. Un obrero no es sólo un obrero. Un oficinista no es sólo un oficinista; son pilares importantes que viven y respiran y sobre los que se erige toda la estructura de nuestra civilización, no son engranajes de una imponente máquina enorme, son la máquina en sí”; y que todo lo alcanzado en una ciudad, un país o en el mundo, es gracias a las y los trabajadores; a quienes salen de madrugada, que trasnochan, que mantiene próspero y limpio nuestro negocio, a los trabajadores desde el más humilde, hasta el burócrata, desde el de oficio más o menos preciado, hasta el de oficio más elevado, desde el que trabaja sentado hasta el que trabaja por diferentes lugares, al trabajo que realizan todas las madres y mujeres silenciosamente en sus hogares, alimentando un sistema que en ocasiones las violenta y relega de tantos ámbitos; a todos aquellos que realizan un trabajo productivo, hoy los reconocemos como un modelo de perseverancia, sacrificio, y valor, porque su esfuerzo trae como fruto día a día, hijos alimentados, casas construidas, estudios realizados, y países que crecen engrandeciéndose en las manos de todos quienes trabajan.

Feliz día trabajadores que llevan el oficio en el alma, a los emprendedores y a quienes están a gusto trabajando bajo relación de dependencia.

“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”. (O)