Carta a García

“Carta a García” es un texto de autosuperación escrita por el estadounidense Elbert Hubbard. Narra las peripecias del soldado Rowan, a quien se le encomienda que entregue una carta del presidente de los Estados Unidos, William Mckinley, al líder cubano Calixto García, jefe de los rebeldes, en la guerra entre España y los Estados Unidos a fines del siglo XIX.

En este artículo no tengo interés en detallar el cómo entrega Rowan la carta a García, sino más bien en la carta escrita por el ex presidente peruano Alan García varias semanas antes de su fallecimiento. De lo que se puede colegir al leer la carta es que García ya tenía sus barruntos de que lo iban a detener, y habría tomado la fatal decisión de suicidarse antes que sufrir la injusticia de ser detenido por presuntos actos de corrupción. En este sentido, García ha sido coherente y no como Correa, quien decía que si le demuestran que se ha robado veinte centavos se pega un tiro, y que prefiere “morir antes que perder la vida”, y mejor prefirió huir a refugiarse en un ático belga.

En la carta, García habría anotado: “He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene porqué sufrir esas injusticias y circos, por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios”.

Puede considerarse el suicidio de García como un acto político. Quizás, abrumado por las circunstancias y las evidencias, decidió pasar a mejor vida de una manera honorable, valiente, aunque habrá quien piense que fue un acto de cobardía al no enfrentar las consecuencias de sus actos. En todo caso, García quiso trascender en la historia, y no deseó esperar sentado en la vereda de su casa para ver pasar el cadáver de sus enemigos.