A buen entendedor

Pablo Fabián Ortiz Muñoz

Es inentendible lo que sucede en países como el nuestro, considerados en vías de desarrollo, la demagogia, los falsos planes de desarrollo y los desacreditados programas de crecimiento, nos han ensimismado y nos han distraído de la realidad.

Es cotidiano observar la construcción de obras monumentales, como pilares de desarrollo y generación de progreso para la sociedad, al extremo de observar a la masa absorta y convencida que todo está bien, incluso sumiéndola en un letargo mental, hasta el punto de convencerlos y hacerlos creer que eso es el progreso y por ese lado se genera desarrollo.

Con lo expresando, no digo que la obra pública no tenga importancia en el adelanto del país, por supuesto que lo tiene, y mucho, la obra pública es vital para un país; pero cuando ya se han cumplido exigencias de mayor peso y se han solucionado los verdaderos problemas que mantienen al país en el retraso, como: la corrupción, el desempleo, la carencia de institucionalización, la falta de justicia, el desarrollo industrial, la dependencia: política, financiera y cultural, etc.

Estos son los verdaderos problemas, una vez solucionados los mismos el resto vendrá por añadidura. Pero la verdad, para esto no hay planificación, ni se han trazado verdaderos objetivos nacionales. Si sobre mis palabras hay duda, solo como ejemplo: nos construyeron hospitales para la Seguridad Social y en que han cambiado los servicios y la atención al público; nos construyeron escuelas y colegios del milenio, y la educación en que ha mejorado, lo dejo a su criterio.

Tendremos que abrir los ojos y ver un poquito más allá, el desarrollo de un país se logra con metas concretas; con un adecuado impulso al agro y acorde a nuestra realidad; pasando de ser productores artesanales a productores tecnificados; incentivando un verdadero cambio de la matriz productiva, a través de la industrialización, para dejar de ser productores primarios y pasar a ser productores especializados; garantizando los derechos colectivos y los privados, a través de una justicia eficaz y oportuna; incursionando en el desarrollo científico, técnico y tecnológico, a través de una educación de calidad, etc. (O)