¿Arde París?

Ándres Pachano

El 16 de agosto de 1944, durante la segunda guerra mundial, el ejercito de la Francia Libre, desembarcó en Provenza y se enrumbó a París, por entonces ocupado por un ejército Nazi y tropas SS; este hecho, más el rápido avance de los ejércitos aliados, impulsó a que la resistencia civil francesa, agrupadas en las ‘Fuerzas Francesas del Interior’, a costa de sangre y muerte de incontables vidas, desencadenar la sublevación del pueblo parisino en contra de la ocupación alemana.

La enfermiza aberración de Hitler ante la seguridad de la derrota de sus tropas de ocupación, había impulsado a ordenar personalmente al jefe de la guarnición de París: general Dietrich von Cholttitz, que resistiera hasta el último hombre, que decapitara a toda la resistencia civil y que destruyera París por medio de cargas explosivas instaladas en los monumentos de la historia universal que existen en la capital de Francia.

Le división francesa Leclerc y la 4º División de infantería Estadunidense, sometieron a las tropas alemanas (las que previamente desencadenaron el horror en la calles de París), provocando la rendición del general Choltitz, quien solicitaría el respeto a la vida de sus soldados e indicaría que no acató la orden personal de Hitler de «destruir París» porque ello habría sido «un acto malvado y vergonzoso contra una ciudad que es cuna de cultura», así lo cuenta el general alemán en sus memorias. El fue detenido el 25 de agosto de 1944 rendido ante el general Philippe Leclerc. A su muerte en 1966, fue enterrado en Baden Baden Alemania, a sus funerales asistió, en simbólico gesto, una delegación de altos oficiales del ejército francés.

Se dice que el 25 de agosto de 1944, Hitler en una reunión de generales convocados en Rastemburg para saber del progreso de la guerra y ante la noticia de la ocupación de París por tropas de la Francia Libre, había preguntado: “¿Arde París?”.

Entonces no ardió París. No ardió Notre Dame; solo el genocida se encendió en paranoica cólera.

(Esta pregunta también es título de una novela histórica de Larry Collins y Dominique Lapierre y también el de una película de René Clemennt).