En 1871 con la construcción del camino a Manabí, inicia la colonización, diferentes historiadores de Santo Domingo, comentan que los primeros colonos llegaron con sus familias y que, en conjunto con los tsáchilas fueron poblando estas tierras. Sobre la consolidación del primer asentamiento mestizo, existe evidencia documentada en los archivos de la Asamblea Nacional, de fecha 6 de noviembre de 1899. Con esta breve introducción histórica, quiero referirme a un tema puntual, el Proyecto de Rehabilitación de las áreas patrimoniales y Regeneración Urbana del sector el Colono.
Inquieta por la importancia de esta obra, indagué sobre algunos detalles, entre los aspectos que llamaron mi atención está la escultura del Colono, un hombre solitario ¿acaso no tuvo familia?; y, que los nombres propuestos para los espacios públicos contemplados en este proyecto son todos de hombres. Parecería que tanto al consultor, como a los funcionarios responsables se les está pasando por alto el rol de la mujer como parte esencial en los ámbitos político, social y económico de nuestra sociedad.
La invisibilidad histórica que hemos sufrido las mujeres, a menudo apartadas de la «historia oficial», hace que desconozcamos a muchas que utilizaron su voluntad, sus fuerzas y a veces su vida para contribuir en la construcción de una sociedad más justa para todos. Por esta razón debemos actuar y juntos lograr que los espacios comunes sirvan como una plataforma para la creación de identidad desde una perspectiva de equidad. En éste contexto es necesario que la participación de la comunidad tsáchila también se evidencie en la magnitud que le corresponde dentro de la etapa de la colonización y el proceso de desarrollo de nuestra tierra.