Gran esfuerzo

En toda ciudad de cada país, existen instituciones destacadas, que producen un hálito de satisfacción, como un soplo cálido y apacible de consuelo, esperanza y confianza.

En nuestra ciudad, sin necesidad de hurgar mucho en la selva de entidades del entramado institucional, encontramos algunas muy destacadas, que, al cumplir su labor, lo hacen con gran esfuerzo, sin limitarse solo al cumplimiento estricto de su objetivo, sino más bien pensando más allá del inmediatismo de sus rutinas.

La Empresa Eléctrica Ambato es una entidad destacada. Su permanente acción no ha constreñido su esfuerzo solo a brindar a la colectividad electricidad y alumbrado público a las ciudades, o solo a incrementar el número de sus clientes para mantener buenas cifras en sus balances (al fin y al cabo es una empresa que, pese a ser pública, debe obtener réditos económicos); no, su acción de responsabilidad social, en su historia es positiva y consecuente con la sociedad. Los ejemplos en este orden son muchos, baste citar la inmensa acción de electrificación rural -que económicamente no es rentable- y que ha situado a la provincia de Tungurahua con óptimas cifras de cobertura de este servicio por número de habitantes, las más altas del país.

En esta misma columna, años atrás se comentó sobre la obscuridad reinante en algunos sectores de la ciudad; hoy vemos con satisfacción una urbe con luz donde habían peligrosas penumbras; la Empresa Eléctrica Ambato ha emprendido tenazmente para, progresivamente, reemplazar la antigua iluminación con la nueva tecnología de luz led y un posterío menos ofensivo al entorno; la ciudad en la noche ya adquiere otra faz.

Otro logro consecuente con el desarrollo urbano de Ambato es el persistente continuar con el soterramiento de los molestos cables de conducción de electricidad, de telefonía, televisión por cable y datos; en buena parte del casco central y en varios barrios de la ciudad (ejemplo: Barrio Obrero) ya casi que no se ve el agresivo enjambre de cables enredados en una red de postes de hormigón. Hoy en este sentido trabaja con fruición en prácticamente toda la parroquia urbana de Atocha-Ficoa.

Esfuerzo responsable el de la EEASA.