Desencanto democrático

El escándalo por la manipulación de los resultados electorales en dos provincias y las desavenencias dentro del CNE son tragedias que inducen al desencanto democrático en muchos de nuestros compatriotas. La sucesión pacífica entre gobiernos, como método político, ha brillado por su ausencia en algunos cantones, mientras que en el Consejo el camino para enderezar el rumbo está sembrado de discrepancias.

Hechos como estos apuntan a que aún hay mucho por cambiar y por reorientar en el CNE. Las denuncias verbales de fraude electoral de varios candidatos en Guayas y Los Ríos son prueba palpable de que el CNE requiere una transformación a fondo, parejamente con las normas que lo sustentan. Es el reflejo de una corrupción política que a nada ni nadie respeta.

Luego del régimen totalitario que vivimos durante diez años y de tener un CNE sometido a su voluntad, muchos pensamos que esas elecciones serían muestra de una decisión efectiva de cambio y enmienda. Creímos que era una oportunidad para recuperar el tan vapuleado espíritu democrático después del interregno correísta. La nuestra es, ante este escenario, una democracia sin ideal.

La desilusión de esos años y los vicios de entonces no hicieron más que reproducirse. La causa de la memoria, la justicia y la verdad acaba de sufrir una costosa derrota en virtud de lo ocurrido en esas elecciones seccionales. No caben dudas de que la política (nuestra política) está orientada hacia un futuro incierto por definición. Mal augurio para los comicios generales a los que tendremos que acudir a la vuelta de dos años.


Un cobarde es una persona en la que el instinto de conservación aún funciona con normalidad”. Ambrose Bierce Escritor estadounidense (1842-1914)

El cobarde solo amenaza cuando está a salvo”. Goethe Poeta y dramaturgo alemán (1749-1832)