Diana y su desafío

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La elección de la señora Diana Salazar como Fiscal General de la nación, por un lado, abre la esperanza de que tan crucial institución, cumpla al fin con la misión para lo que fue creada, y dé inicio al desmantelamiento de la corrupción organizada que creó el anterior régimen, punto de inicio para el despegue económico y moral de nuestra patria; y que demuestre con sentencias en firme, las que hoy brillan por su ausencia, que las expectativas de la ciudadanía en su designación, no serán defraudadas.

Pero por otro lado, no veo factible que la tan cuestionada institución vaya a dar un vuelco de ciento ochenta grados en su accionar, únicamente por su nombramiento. Al parecer, muchos de sus funcionarios actúan como verdaderos encubridores de los corruptos, pues son encargados de las interminables “etapas de indagación previa” y la práctica los señala como los que dilatan los procesos validando subterfugios legales, alentando fugas, para así evitar cualquier sentencia contra los que sabemos.

La tarea de doña Diana es titánica. Tan enorme será, que lograr la hazaña, de seguro el pueblo la querrá en cargos más altos. Claro está, analizaremos sus actuaciones, pues el papel y el discurso aguantan cualquier cosa.

Pienso, urge abrir una auditoría externa a las actuaciones de la institución, que generará sentencias hasta contra los mandos medios, para desbloquear procesos; además, se vuelve imperativo solicitar asistencias a fiscalías de países probos, en tan vital cruzada. Sola, doña Diana va a ser presa fácil de las mafias criollas, que todos conocemos. Luego del correísmo, el país requiere un baño de ética.

La Fiscalía General, y la Procuraduría, son la cara de la seguridad jurídica del país. Y si éstas no han estado a la altura, simplemente es porque a los grupos monopólicos, que rodean a todo gobierno, no les interesa que ingresen inversiones foráneas al desarrollo nacional que compitan con ellos, pues están acostumbrados a “comer solitos” el pastel, en detrimento del desarrollo horizontal del país. De esta manera, la búsqueda de la inversión extranjera, sale siendo un timo al pueblo.

La verdad sea dicha.

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