No a la aplicación selectiva de la Ley

Nos abocamos a un cambio en la Fiscalía General del Estado. El proceso de selección de candidatos a Fiscal General ha sido complejo y minucioso, en tanto que las impugnaciones fueron de lo ridículo a muestras palpables de ignorancia crasa en materia de Derecho. Estar al frente de esta institución es tener sobre sí la responsabilidad de llevar adelante la investigación de 300 casos de corrupción.

Es innegable que, incluso en los dos últimos años, el camino recorrido por la Fiscalía no ha estado exento de una manifiesta inconsistencia, debilidad o cuestionable “torpeza” en casos en los que aparecen involucrados funcionarios de alto nivel del régimen anterior. Se necesita hacer efectiva la separación de poderes y el respeto a la Ley. El pasado reciente de la Fiscalía deja mucho que desear en este aspecto.

Hubo momentos en que la Ley parecía un instrumento demasiado enclenque ante las arbitrariedades del poder. El abismo entre la Fiscalía y la realidad se percibe por la opinión pública como cada vez más grande, vergonzosa y profunda. Una brecha muy notoria entre lo que el Derecho ordena y lo que allí se hacía o se sigue haciendo. Un espacio plagado de artimañas legales y la manipulación.

El deterioro jurídico de la Fiscalía ha amenazado peligrosamente el desenvolvimiento de todos los poderes del Estado. Desde hace mucho tiempo la sociedad clama porque en esta institución, vital para nuestro sistema democrático, se dé un radical y verdadero salto cualitativo en todos los órdenes. Dejar atrás la aplicación selectiva de la Ley es un deber inexcusable de quien se desempeñe en el puesto.


Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento”. Abraham Lincoln Político estadounidense (1808-1865)Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen”. Antonio Maura y Montaner Estadista español (1853-1925)