Paz y seguridad

Manuel Salinas Ordóñez

Si nos quedamos en la lectura literal del título, seguramente parecería una frase religiosa, pero desear la paz no debe ser únicamente un acto de religiosidad sino un deber más de los ciudadanos.

No se puede considerar a la paz únicamente como antónimo de guerra, se debe mantener siempre relaciones de paz entre las personas, entre los barrios, entre los cantones, etc.

Sería ideal empezar con la seguridad social, con brigadas barriales de seguridad efectiva, no de guardianía, sino de solidaridad de cuidado recíproco, de observación directa y ayuda inmediata, pensar en un catastro vecinal por cuadras y que cada manzana se proteja y se cuide permanentemente.

La seguridad no está en la vigilancia armada ni la amenaza contra el infractor, la seguridad depende de la educación solidaria que tengamos con nuestros vecinos y el cuidado de nuestros propios recursos, solo así se logrará vivir en un ambiente natural, en armonía social con el vecino y con la familia.

Quienes somos católicos cada domingo nos deseamos la paz entre desconocidos y eso es muy fácil, lo difícil es mantener buenas relaciones con quienes nos hacen daño.

Fortalecer la paz no implica, no generar violencia bélica, va mucho más allá, requiere de la participación activa y efectiva de la persona de respetar el derecho del prójimo, de no invadir su derecho ni afectar su espacio y siempre demostrar solidaridad en su bienestar.

Protejámonos mediante el desarrollo conductual pacífico entre familiares, entre amigos y entre desconocidos, para así mantener la paz y la seguridad social. (O)